Mis clásicos de ci-fi (1): Wells

Blade Runner cumple 25 años. Ya dije en otro post que me parece que ha envejecido más que otras películas importantes del género, pero sigue siendo obligatoria, igual que la novela –mejor ésta, claro, ¡¿qué voy a decir yo?!– y las demás del autor. Y aprovechando la coyuntura, había preparado una lista de diez autores y unas trece novelas, pero, cuando ya había empezado a redactar me he dado cuenta de que estaba extendiéndome demasiado y he tenido que tomar una decisión: me reservo la lista y me concentro en uno. Tengo que puntualizar, no obstante, que cualquier lista de tops me parece discutible, ya que responde a  los criterios subjetivos de quien la elabora y no podemos hacer una lista definitiva –por mucho que nos digan– porque vendrán otros y dirán que esa no porque es un bodrio y que fíjate tú, que se ha olvidado de aquello, así que los que voy a nombrar son los que, por una razón u otra, me han marcado o han influido mi lectura de otros –mi lectura única, personal e intransferible–, que no tengo ganas ningunas de elaborar la lista definitiva. Pero por ahora me centraré en el primero que tenía apuntado, que iba a ser H. G. Wells. ¿Alguien lo dudaba?

Waroftheworlds-3La guerra de los mundos

Por razones personales que no vienen al caso y aunque reconozco que no es una obra maestra ni la mejor del autor, creo que es la novela de ciencia-ficción que más ha marcado mi gusto por este género. Es un poco seca, vale, el final parece que esté cortado y pegado, parece un frenazo al argumento, pero tiene pasajes que aún hoy y a pesar de haber visto infinidad de películas y haber leído novelas muy violentas, siguen siendo impactantes por lo cruel –ya sé que a algunos les parecerá una memez–: las huidas de Londres, la batalla naval y la fiesta en plena noche de unos londinenses que no han advertido que una máquina marciana les está observando me parecen todavía impecables y atemorizantes.
Hay una versión musical de Jeff Wayne que os recomiendo, primero, claro, por la narración, con pasajes que están francamente bien escogidos, por la música, que contrasta con la historia sin resultar anacrónica, y por las láminas que acompañan al disco, de George Taylor.
Volviendo a la novela, creo que tiene uno de los mejores arranques de toda la literatura de ciencia-ficción:

No one would have believed in the last years of the nineteenth century that this world was being watched keenly and closely by intelligences greater than man’s and yet as mortal as his own; that as men busied themselves about their various concerns they were scrutinised and studied, perhaps almost as narrowly as a man with a microscope might scrutinise the transient creatures that swarm and multiply in a drop of water. With infinite complacency men went to and fro over this globe about their little affairs, serene in their assurance of their empire over matter. It is possible that the infusoria under the microscope do the same.

Morlock Eyes

La máquina del tiempo

La mejor adaptada al cine de todas –hablo de la versión de George Pál, productor también de una versión de La guerra de los mundos–: los mejores morlocks, la Weena más Weena de todas las Weenas habidas y por haber y, por supuesto, la máquina más steam punk, imitada en la versión del bodrio que estrenaron hace unos cinco años. En España se le dio el título de El tiempo en sus manos. Curiosamente, en la novela no aparece el nombre del viajero del tiempo, a pesar de tratarse del protagonista. Éste viaja al año 802.701 para encontrarse con una sociedad de estúpidos eloi –en la película de Pál, todos rubios y con vestidos de colores– que viven atemorizados por los morlocks –en la foto, mira que son feos–, los cuales, aún hoy, siguen fascinándome sin que yo haya llegado a saber por qué. Y hasta aquí puedo leer, porque no quiero pecar de espoileador, que estoy convencido de que algún malandrín habrá por aquí que no conozca cómo termina la historia. De todas formas, el final es bastante mejor que el de la novela anterior y no deja ese regusto a remato aquí, que ya no me siento las piernas. El penúltimo episodio, del que no quiero dar más detalles, me resulta más que enigmático y no he conseguido descifrarlo, así que admito reflexiones.
La mejor edición en castellano me parece la de Anaya, en la colección Mis libros –literatura juvenil, pero todos son recomendables–, que puedes ver aquí.
Los primeros hombres en la Luna

Es bastante menos conocida que las anteriores –y más difícil de encontrar en España, por no decir imposible, que yo sepa–, pero a mí me gusta más que La isla del Dr. Moureau, por ejemplo. Dos hombres llegan a la luna y tienen un encuentro con los habitantes del satélite, los selenitas, cuya sociedad sigue un modelo de castas y funciones similar al de muchos insectos. Cagada en el final –como parece costumbre en Wells– y unos capítulos que más parecen un epílogo, pero la imaginación al solucionar los problemas de la vida de las cavernas, la máquina que les hace despegar de nuestro planea y los cambios en la superficie de la Luna, todavía me sorprenden y me parecen todo un derroche de creatividad. Parece steam-punk, como todas las del autor, eso sí. Es oscura y sofocante.

200Px-H G Wells Pre 1922-2

Dicen que Wells no fue un grandísimo escritor, que tiene enormes meteduras de pata, sus cuentos parecen un intento de parecerse a Poe –sobre todo La historia del Sr. Plattner, colección de relatos publicada en Valdemar–, los protagonistas parecen los mismos y algunos temas aparecen y vuelven a aparecer en reflexiones calcadas las unas de las otras. A pesar de todo esto, Wells es para mí uno de los autores que más me ha hecho –y me hace– disfrutar con las lecturas y relecturas de sus obras, sobre todo de las dos primeras.
PD: Me ha quedado un post de lo más sentimental, oiga.
PPD: No viene al caso, pero hay que leer esto.

Etiquetas para Technorati: , ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *