Grindr y la industria del descarte

Llevamos años usando Grindr como si fuera el Tinder de Mordor, y sorpresa: la cosa no mejora. De hecho, empeora. Porque resulta que el tipo con abdominales de gimnasio y frase motivacional en la bio puede ser el mismo que te suelta un «gordo de mierda» cuando le dices que no te apetece quedar. →

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