Estoy exhausto. No puedo ni moverme. Pero no del esfuerzo físico, sino de haberle dado a la cabeza durante muchas horas seguidas.
Quien diga que pensar no cansa, miente.
Estoy exhausto. No puedo ni moverme. Pero no del esfuerzo físico, sino de haberle dado a la cabeza durante muchas horas seguidas.
Quien diga que pensar no cansa, miente.
·