Hoy hace un año llegué, sin muletas, a una Valencia destrozada. Hablé con mi gente, todo el mundo bien, pero lo que vi fue un horror mucho peor de lo que me había imaginado.
La manifestación del sábado fue un grito de rabia contra Mazón. Hoy, un año después, todavía me estremezco cuando leo noticias y comentarios de la caverna diciendo que la culpa la tuvo Perro.
Mazón, púdrete en el infierno.










