El valor del small talk: por qué las conversaciones ligeras también son importantes

Este artículo de Danmarks Radio dice que hemos empezado a sustituir el small talk (esas conversaciones ligeras sobre el tiempo, el café o el fin de semana) por el llamado bigtalk, charlas más profundas sobre emociones, identidad o política. ¿De verdad tenemos que hablar del sentido de la vida y tener una crisis existencial cada vez que quedamos con alguien a tomar. un café? El artículo dice, tócate un pie, que esto es una consecuencia de que en Occidente, vamos hacia una sociedad más consciente y abierta. Sinceramente, yo diría que no.

Pero sí tienen razón en una cosa: corremos el riesgo de olvidar la importancia de lo cotidiano. Reivindicar el small talk es defender la comunicación humana más básica, la que construimos sin agenda y sin la pretensión intelectual que tenemos algunos. En un mundo saturado de discursos y polarización, hablar por hablar (del tiempo, de lo caro que está todo o de la última serie de turno) va a ser un acto revolucionario de salud mental colectiva. Las pequeñas conversaciones generan empatía, pertenencia y conexión social. Las conversaciones con nuestros amigos no tienen por qué ser trascendentes para ser valiosas. Al final va a resultar que el cotilleo de toda la vida es un acto profundamente político y necesario. No tenemos que arreglar el mundo a todas horas, kary.