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Con lo que está pasando en Palestina, no se puede entrar en Twitter. Si antes daba asco, ahora, más.
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Acabo de echarles un primer ojo a los exámenes que tengo que corregir para el lunes. Tenían que responder a dos preguntas:
- Describe un método de investigación en psicología social.
- Explica la teoría de la identidad social en referencia a un estudio.
Tengo que corregir 27 y habré abierto la mitad. De ellos, uno es un cero, y otro, poco más. En momentos como éstos pienso que la culpa es mía, obviamente. Hasta que pienso en que tienen un papo bien grande, y se me pasa.
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Qué mal se me dan las esperas.
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«Y no pasaba nada»
La frase por excelencia de los señoros. Vale para cuando quieres justificar la violencia sexual, el bullying o, como en este caso, la explotación laboral. Lo divertido aquí es que Ricardo Sanz se queja de que «le han robado legalmente» y cree que si él trabaja 14 horas para enriquecerse, qué es eso de que la gente joven no quiera trabajar esa cantidad de horas cobrando una miseria para que él se enriquezca. Qué pesados son con los derechos laborales, oye, que al final no se va a poder explotar a nadie pagando en B:
«Yo hice la mili durante 18 meses en la cantina del Ejército. No sé la de horas que habré trabajado allí. Ahora la gente nueva que entra a trabajar quiere hacerlo ocho horas, tener dos días libres y conciliar. Antes hacíamos 14 o 15 horas diarias y no pasaba nada. Yo trabajé durante cinco años en un restaurante japonés aquí en Madrid, aprendiendo sin contrato, cobreando [sic.] en B, sin vacaciones, libraba solo los domingos y hacía 15 horas diarias. Pero lo hacía por pasión y disfrutaba. Ahora las cosas han cambiado.»
Yo es que leo lo de «como se ha hecho toda la vida», «ya no se puede ni…» o «chiquilladas» y me saltan todas las alarmas, qué queréis que os diga.
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The Guardian dice que la andropausia no existe. No existe un equivalente masculino a la menopausia, porque:
“The menopause represents acute symptoms caused by the relatively abrupt cessation of ovarian hormonal function due to the exhaustion of a woman’s egg reserve at around 50 plus [or] minus five years of age,” she said. “Men have no equivalent physiology.”
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Danmarks Radio: El 20,3% de las mujeres en las Fuerzas Armadas danesas han experimentado algún tipo de acoso o violencia sexual en los últimos 12 meses. El informe dice que el 10,7% de las mujeres (e. d., de la población general) está en la misma situación.
No podemos hablar de sociedades avanzadas mientras ese número sea mayor que cero, ni en Escandinavia ni en Orejilla del Sordete.
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Tenemos que ser más tolerantes a tres cosas: la inseguridad, la imperfección y la incertidumbre. Si yo lo quiero todo seguro, perfecto y cierto, no viviré.
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No reírse de Murakami.
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Algunos médicos y algunas médicas protestan por Twitter por la cantidad de bebés que son atendidos en las urgencias hospitalarias sin necesidad. Puede que vayan a urgencias porque la familia no sabe qué hacer o no tiene ni idea de cómo valorar la gravedad del asunto. Igual, Antonio, igual va y llevan al bebé a urgencias porque el ambulatorio está cerrado, o porque están desesperados esperando la cita con el pediatra en dos semanas, o porque no pueden pagarse una consulta privada. O quizá, Antonio, van al hospital porque creen que realmente ocurre algo grave. ¿Y sabes qué? Te sorprenderá, pero no han estudiado medicina, ergo no pueden valorar si la situación es seria o no. Tú sí has estudiado, ellos, no.
Si las urgencias del hospital se colapsan no es por esos bebés que son atendidos, sino porque la sanidad pública está infrafinanciada. El problema no hay que buscarlo en las familias que están agobiadas y no saben que hacer. Mientras la sanidad pública, la justicia y la educación no sean las prioridades absolutas para los gobiernos y mientras falten fondos para su financiación, el mal funcionamiento seguirá siendo responsabilidad de quien decide cómo se ha de invertir el dinero público. Y no vale decir que hemos pagado 53.000 € en los pinganillos del Congreso para traducir las intervenciones porque parece que pagamos 8,4 millones de € al año en la monarquía y nadie dice ni mu. Si te molesta lo primero y no lo segundo es probable que creas que no eres ni de derechas ni de izquierdas.