Etiqueta: lgtbiq+

  • Trans people with dementia

    Trans people with dementia are particularly vulnerable, given that they may regress and forget they have transitioned and find their own anatomy or dress alien and frightening. «This can result in them becoming very disoriented and anxious», Sean Page, a consultant nurse for dementia at Betsi Cadwaladr University Health Board, told BBC News. «They may not understand why they are being referred to as being a certain gender as they cannot recall publicly voicing this preference.» Such challenges will only become greater as the openly trans population continues to grow in both size and age.

    Shon Faye

    Si la demencia es durísima, no puedo imaginarme el horror que supone esta situación.

  • Friendly reminder de que ser maricón ni se elige ni es una opción.

  • Cómo los estereotipos corporales y sexuales afectan la autoestima

    Cómo los estereotipos corporales y sexuales afectan la autoestima

    En las últimas semanas hay algo a lo que no paro de darle vueltas: a los maricones, como al resto de la población, se nos ha impuesto un modelo de cuerpo y de comportamiento sexual que hace que tengamos unas expectativas muy poco realistas. No solo debemos tener unos pectorales de gimnasio, viajar, ser jóvenes y ganar muchísimo dinero, sino que también tenemos que follar más que nadie, tener unas orgías de la hostia y, además, tenemos que contárselo a todo el mundo para que se enteren de lo felices que somos follando a diestro y siniestro. No hay lugar para reírse mientras follas. Tienes que ir de orgía en orgía y si duras menos de 12 horas follando o no follas cinco veces por semana (las mismas que vas al gimnasio), no eres nadie. Dios nos libre de decir que hemos tenido un polvo de mierda, salvo en círculos reducidos. Tampoco es que no puedas estar gordo, sino que, si lo estás, tienes que serlo de una forma específica, a poder ser con mucho pelo, en cuyo caso, olvídate de follar si tienes pluma. Si no eres un twink, tienes que ser una especie que pueda verse en cualquier zoológico de provincias: una nutria, un oso o un camello africano. O sea, si no te puedes etiquetar, te vas a joder.  

    Más allá de este fenómeno de la pertenencia a los grupos y a las “tribus”, que es más o menos universal, las redes sociales y los medios tienen un papel fundamental en la construcción de estas percepciones sociales y determina la manera en que las personas percibimos nuestros cuerpos. No sólo eso, sino que también establecen patrones de comportamiento deseables, entre ellos, el sexual.  Esto no es nada nuevo y viene ocurriendo desde que los medios de comunicación entraron en nuestras vidas. Si no, que se lo digan a las mujeres. Ojo, que cuando hablo de “medios” o de “redes sociales” es porque me da pereza especificar más. Da igual que sea Instagram, Grindr, Telecinco o la última serie de Netflix.  

    En la comunidad gay, esta dictadura de lo deseable y de lo bueno es especialmente potente, ya que estamos expuestos a versiones idealizadas de lo que significa ser maricón ANNO 2024 que influyen profundamente en nuestra autoestima y nuestra autoimagen, en lo que nosotros queremos ser y lo que nos parece bueno y deseable. Entre estos significados hay uno muy potente que a mí me perturba muchísimo y que campa a sus anchas por Instagram: que seas maricón no es tanto problema. Lo que no está tan bien, en la mayoría de los casos, es que tengas pluma y se te note. Y si eres pobre, date por jodido. Porque el problema no lo tiene el maricón con pasta que sale en las listas de los 50 gais más poderosos de España, el regidor de de fiestas del ayuntamiento, ése que sale en todos los saraos y lleva 1500 euros en ropa todos los días y que es militante de un partido “progresista” (tos seca). Tampoco estás expuesto a que te llamen de todo si tienes dinero suficiente para esclavizar a una mujer pobre y comprarte un niño por gestación subrogada. El problema es que no tengas un duro para para todo eso, que no tengas trabajo o que vayas perdiendo aceite y el resto lo vea. Maricón, irrelevante y pobre, mal vas. Da igual que seas un maltratador, o que vayas drogado hasta arriba, o que te lances a una espiral de viajar sin parar para poder hacerte la foto en Noruega durante una aurora boreal.  

    Los medios de comunicación han sido históricamente un espacio donde se construyen y refuerzan estereotipos y las redes sociales son las herederas de esa labor de construcción. No hay más que ver los anuncios de Soberano de los ochenta, al primo de Zumosol o a las secretarias del Un, Dos, Tres. O todos nuestros feeds de Instagram. En el caso de los hombres gay, los medios suelen promover una imagen corporal que encaja en un ideal específico: un cuerpo esbelto, musculoso, joven y atractivo según los estándares convencionales de belleza masculina. Este ideal, inalcanzable para la mayoría, se ve representado en una variedad de plataformas, desde la televisión y el cine hasta las redes sociales, empezando por Instagram o Grindr. Pero si te das una vuelta por una aplicación de zorreo, lo que verás son cientos de tíos que se han hecho tres fotos en lugares estratégicos, como delante de la Torre Eiffel. Esa es un clásico. Otra en una playa, preferentemente Tailandia, y la última en un mercadillo de navidad alemán o, en su defecto, en la cumbre de una montaña. Eso depende de si eres de los que se cuida o quieres que piensen que eres un bon-vivant.  

    La asociación entre la imagen corporal ideal y el valor sexual es un tema recurrente en los medios dirigidos a la comunidad. Y de esto nosotros mismos somos los primeros culpables. Nuestras representaciones sugieren con demasiada frecuencia que solo aquellos que cumplen con ciertos estándares físicos (esbeltos, musculosos, y jóvenes) y conductuales (viajar, tener muchos amigos y comer de gourmet todos los fines de semana) son dignos de ser el objeto de deseo y éxito sexual y social. Esta narrativa puede llevar a que muchos sientan que su valor como individuos está directamente relacionado con su apariencia física, su desempeño sexual y su nivel de vida. Como resultado, algunos pueden sentirse presionados a participar en comportamientos sexuales que no necesariamente desean, simplemente para cumplir con las expectativas impuestas por estos ideales. 

    La obsesión con la apariencia y el rendimiento sexual también puede llevar a la hipersexualización dentro de la comunidad gay. La constante exposición a imágenes de cuerpos sexualizados refuerza la idea de que la actividad sexual es un componente central y definitorio de la identidad gay. Esto genera una presión muy poderosa para estar sexualmente activo que a su vez conduce a comportamientos de riesgo, como el sexo sin protección o el uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Estas expectativas sobre la sexualidad pueden ser dañinas para quienes no se ajustan a los ideales de belleza promovidos por los medios. Los maricas que no cumplen con estos estándares sienten vergüenza y terminan con una autoestima de mierda que les hace muy difícil establecer relaciones saludables, sexuales o no. No ser lo suficientemente atractivo o deseable favorecen los comportamientos de evitación, como la renuncia a buscar pareja o a participar en la vida social de la comunidad. 

    El peligro de estas expectativas no solo radica, por tanto, en la presión para conformarse a un ideal físico, sino también en la limitación de la expresión sexual. La idealización de ciertos cuerpos y comportamientos sexuales crea un marco muy estrecho e inflexible de lo que se considera aceptable o deseable dentro de la comunidad gay. Aquellos que no se sienten representados por estas imágenes pueden sentirse excluidos o invisibles y se refuerza la idea de que solo existe una forma correcta de ser gay y sexualmente activo. 

    Los problemas gordos, como la ansiedad de rendimiento sexual, la disforia corporal o incluso la depresión, vienen después. La ansiedad de rendimiento sexual, en particular, se ve exacerbada por la expectativa de que debemos estar siempre dispuestos a tener sexo, rendir de manera excepcional y pasárnoslo bien. ¿A dónde lleva esto? A lo de siempre: ciclos de estrés y evitación, donde el miedo a no cumplir con las expectativas sexuales lleva a una mayor ansiedad y, en muchas ocasiones, a una disminución del deseo sexual o incluso a la disfunción eréctil. Sí, unas expectativas irreales harán que no se te levante.  

    Contrarrestar estas expectativas tan dañinas requiere un esfuerzo consciente tanto a nivel individual como comunitario. Es vital que los maricones nos demos cuenta de que la sexualidad es diversa y personal, y que no existe una forma única de ser sexualmente activo o atractivo. Desafiar las normas impuestas por los medios implica aceptar y valorar la propia identidad sexual y corporal tal como es, en lugar de intentar cumplir con un ideal inalcanzable. Además, es importante que empecemos a hablar sobre la sexualidad de otra manera y que dejemos de fijarnos en el aspecto y el cuerpo o en el rendimiento. Deberíamos darle una vueltecita para establecer discursos más saludables y equilibrados sobre la sexualidad. Deberíamos empezar a hablar de límites y de respetar estos límites. Deberíamos hablar de la aceptación de la diversidad corporal y de que las parejas abiertas están muy bien, pero igual nos estamos exigiendo demasiado.  

  • Tenemos que darle una pensada

    A propósito de lo de ayer, elaboro como he dicho por otro sitio:

    1. Está claro que pertenecer a un colectivo no te convierte en un ser de luz.
    2. Cualquier identidad y la pertenencia al grupo que sea, incluyendo las personas LGTBIQ+ es totalmente compatible con cualquier comportamiento o rasgo de personalidad.
    3. Esta violencia es totalmente incompatible con salir a la calle a defender nuestros derechos o los de nadie.

    El colectivo LGTBIQ+ no está exento de personas homófobas, lesbófobas, tránsfobas, racistas, aporófobas, gordófobas, ultraconservadoras, misóginas y fascistas.

    Nos lo tendríamos que hacer mirar muy seriamente.

  • Grindr y la hostilidad digital

    Grindr y la hostilidad digital

    En los últimos días, el nivel de hostilidad y violencia que he visto en Grindr me ha puesto los pelos de punta. Esta peña carece de las más básicas normas de respeto, y me lo tomo a risa porque soy un ser de luz y estoy por encima de todo eso. Me han insultado, me han hecho comentarios despectivos y me han tratado con agresividad cuando simplemente he dicho que no. Como es la norma, me ha escrito gente más joven que yo, aún por madurar, con una arrogancia que viene de todas sus inseguridades y de una falta de autoestima flipantes. Parece que algunos usan la plataforma como un medio para descargar su frustración y proyectar sus problemas en los demás. En momentos como éste, además, me falta una traducción decente para «entitlement». Sabéis a qué me refiero.

    Grindr, en lugar de fomentar conexiones genuinas, aunque sea para follar, se ha convertido en un espacio donde la hostilidad es la norma y el respeto brilla por su ausencia. «Digital Intimacies: How Grindr Shapes Identity and Interactions Among Gay Men» reveló que el 70% de la gente que usa este tipo de apps experimentan algún tipo de acoso, agresión verbal o cualquier otro comportamiento abusivo. Este dato refleja una realidad preocupante que algunos sufrimos, por lo que sea.

    La comunicación digital parece distorsionar nuestras interacciones y deshumanizarnos. La falta de contacto cara a cara facilita que las personas se sientan menos responsables de sus palabras y de sus acciones. Es una triste que una plataforma diseñada para conectar a personas (y ganar dinero) termine alienándolas y fomentando un ambiente tóxico. La juventud que me contacta, aún por caerse del árbol, tiende a reproducir patrones de conducta que reflejan sus propias inseguridades y miedos. En vez de buscar apoyo y comprensión, muchos optan por atacar y menospreciar, quizá como un mecanismo de defensa o simplemente por la impunidad que les ofrece el anonimato.

    La clave está en reconocer estos comportamientos y no dejar que nos afecten. Mantener una actitud positiva y recordar que la hostilidad de otros no define nuestro valor. Entender que detrás de cada comentario hiriente hay una historia y un contexto que, aunque no justifique, al menos explica el porqué de ciertas actitudes. Sin embargo, no debemos tolerar el abuso y es esencial reportar y bloquear a quienes perpetúan este ciclo de negatividad. En última instancia, nuestra salud mental y bienestar están por encima de cualquier interacción en una aplicación de citas.

  • La teoría de Lips sobre el género

    La teoría de Lips sobre el género

    La teoría de Lips sobre el género es una perspectiva que desafía las concepciones tradicionales de la identidad y los roles de género. Desarrollada por Adrienne Rich y Judith Butler en las décadas de 1970 y 1980, esta teoría ha influido significativamente en los estudios de género y el feminismo.

    La teoría de Lips se basa en la idea de que el género no es una característica innata o biológica, sino que es una construcción social y cultural. Según esta teoría, las personas no nacen con una identidad de género predefinida, sino que la adquieren a través de la interacción con su entorno y la sociedad en la que viven.

    Lips sostiene que el género es un concepto fluido y que puede ser cambiante a lo largo del tiempo y en diferentes contextos. Argumenta que las normas y expectativas de género son impuestas por la sociedad y que las personas son socializadas para ajustarse a estos roles y comportamientos de género desde una edad temprana. Estas normas y expectativas de género dictan cómo se supone que las personas deben comportarse, vestirse y relacionarse con los demás según su género asignado.

    Sin embargo, la teoría de Lips cuestiona la validez de estas normas y expectativas de género y busca desafiar y transformar las estructuras de poder y las jerarquías asociadas con ellas. Argumenta que la identidad de género es una construcción individual y que las personas tienen el poder de definir y expresar su género de formas diversas y no restrictivas.

    Una de las contribuciones más importantes de la teoría de Lips es la noción de que el género no es un binario rígido de hombre o mujer, sino que existe en un espectro. Esta idea ha influido en la comprensión contemporánea de la identidad de género y ha abierto espacio para la visibilidad y la inclusión de personas transgénero y no binarias en la sociedad.

    La teoría de Lips también ha destacado la importancia del lenguaje en la construcción de la identidad de género. Argumenta que el lenguaje es una herramienta poderosa que reproduce y refuerza las normas y expectativas de género, pero también puede ser utilizado de manera subversiva para desafiar estas construcciones. Lips propone la necesidad de utilizar un lenguaje inclusivo y no sexista que reconozca y valide la diversidad de identidades de género.

    Además, la teoría de Lips ha influido en los movimientos feministas al destacar la interseccionalidad de las opresiones y las formas en que el género se entrelaza con otras categorías como la raza, la clase social y la orientación sexual. Esta perspectiva ha llevado a un enfoque más amplio y comprensivo del feminismo que busca abordar las múltiples formas de discriminación y desigualdad que enfrentan las mujeres en diferentes contextos.

    La teoría de Lips sobre el género desafía las nociones tradicionales y binarias de la identidad y los roles de género. Propone que el género es una construcción social y cultural que puede ser cambiante y fluida. Esta teoría ha influido en los estudios de género y el feminismo al abrir espacio para la diversidad de identidades de género y al subrayar la importancia de abordar la interseccionalidad en las luchas feministas.

    Referencias
    
    Butler, Judith. Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. Routledge, 1990.
    
    Fausto-Sterling, Anne. Sexing the Body: Gender Politics and the Construction of Sexuality. Basic Books, 2000. 
    
    Lips, Hilary M. Sex and Gender: An Introduction. McGraw-Hill, 1997.
    
  • ¿Por qué es tan importante celebrar el Orgullo LGTBIQ+ en España?

    ¿Por qué es tan importante celebrar el Orgullo LGTBIQ+ en España?

    La celebración del orgullo LGTBIQ+ sigue siendo muy importante, especialmente en contextos de creciente conservadurismo político, como es el caso de España. Esta lucha es una manifestación esencial de la lucha de clases y la búsqueda de una sociedad verdaderamente equitativa y libre de opresión. Al estigmatizar y marginar a ciertos grupos, el sistema capitalista perpetúa una jerarquía que fragmenta la unidad de los oprimidos y desvía la atención de las luchas comunes, amiguis.

    En España, la ola de conservadurismo político busca revertir los avances en derechos humanos conseguidos por la comunidad LGTBI, o sea, es una táctica para mantener las estructuras de poder existentes. Los movimientos reaccionarios del PP, Vox y demás, incluyendo al feminismo transexcluyente, intentan reinstaurar valores tradicionales que benefician a una minoría al subyugar a la diversidad y la disidencia. Frente a esto, la celebración del Orgullo LGTBIQ+ se convierte en una forma de resistencia contra la regresión de derechos y una afirmación de la lucha por la emancipación y la igualdad.

    El Orgullo no solo celebra la diversidad y los derechos conquistados, sino que también sirve como una plataforma para visibilizar la opresión y la violencia que aún persisten. Es un recordatorio de que la lucha por nuestros derechos y los de todas las personas es también una lucha contra el sistema capitalista que se beneficia de todas las formas de opresión.

    En la actualidad, donde las fuerzas conservadoras, reaccionarias y fascistas están ganando terreno, es más importante que nunca mantener viva la llama del Orgullo, como en el ayuntamiento de Valencia. No os olvidéis de que el Orgullo también representa una lucha más amplia por una sociedad justa y equitativa. La visibilidad y el reconocimiento de los derechos LGTBIQ+ son fundamentales para avanzar hacia una sociedad donde todos los individuos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género o de las diferencias en los cuerpos, puedan vivir libres de explotación y opresión.

    Celebrar el orgullo LGTBIQ+ en España y en cualquier parte del mundo es un acto de resistencia política que desafía el conservadurismo y la regresión. Es una afirmación de la lucha por la igualdad y la justicia social. Aunque a la BERDADERA HIZQUIERDA le cueste comprenderlo.

  • ¿Por qué no hay una marcha del orgullo heterosexual? Hay que recordarlo todos los putos años. Si no entendéis esto, es que no no entendéis una puta mierda de nada.

  • Los señores directores también pueden usar utensilios de color rosa.

  • Porque los señores de mediana edad también pueden andar por ahí con la cara pintada con flores. Y los niños, también. Y las niñas. Y cualquiera.