• a flag flying on top of a stone structure

    Esta noche, Israel ha invadido el Líbano. Estados Unidos ya ha advertido a Irán que no haga nada, que tendrá consecuencias. Lo de siempre: Israel es el agresor genocida, Estados Unidos lo defiende, Europa no dice nada e Irán se pone a bramar, pero no hará nada. El mismo teatro de siempre.

    Porque es una cuestión de poder y dinero. Que Israel continúe las agresiones incrementa el gasto de material militar y a nadie le conviene dejar de ingresar esas perrillas que les vienen bien a todos, incluso a Alemania. ¿A quién coño le interesa la población? ¿Los procesos de paz? A nadie, es como la obra de teatro de navidad del colegio de los niños: a nadie le apetece, pero todos le damos mucha importancia. Una vez estamos allí, queremos salir corriendo. Cuando termina, todo el mundo está aliviado y esperando a la próxima. El año que viene. Pues esto es igual.

    Es deprimente. Haces una búsqueda de la bandera del Líbano enlace os bancos de imágenes gratuitos (los que uso para poner las imágenes aquí). A partir de la tercera línea, las banderas que aparecen son las de Estados Unidos y, guess what, Israel.

    Que juzguen al asesino Netanyahu ya.

  • Los informativos de Danmarks Radio son mejores que los de TVE, diría yo. Pero claro, con dinero todo funciona mejor, siempre. Si TVE tuviera la financiación que tiene la DR, otro gallo les cantaría.

    Por las mañanas, mientras me preparo para salir y desayuno, me pongo las noticias. Hace un rato estaban entrevistando a un experto danés en Oriente Medio. La periodista le ha preguntado que por qué la sociedad israelí está tan militarizada. La respuesta ha sido: Israel está en perpetua lucha por su existencia.

    Efectivamente. Si no se hubiera creado, eso para empezar, la población no tendría que estar luchando por su existencia. Es decir: están utilizando una narrativa que justifica la agresión basándose en una premisa equivocada: que tienen derecho a ocupar esos territorios. No, no lo tiene, pero el sionismo que nos ha calado hasta el tuétano, nos ha convencido de que es así.

  • El reanálisis lingüístico: un fenómeno presente en español

    Originally it was norange borrowed from the Spanish naranja. But at some point some unknom creative speaker must have reanalyzed a norange as an orange. Though the speaker's and hearer's analyses specify identical sounds for that particular phrase, anorange, once the hearer uses the rest of grammar creatively, the change becomes audible, as in those oranges rather than those noranges. 
    
    Steven Pinker

    El lenguaje es un ente vivo que evoluciona constantemente, y uno de los fenómenos más interesantes que contribuyen a esta evolución es el reanálisis lingüístico. Este proceso ocurre cuando los hablantes reinterpretan una palabra o frase de manera diferente a su forma original. Es lo que ocurre en el ejemplo de arriba.

    Un ejemplo clásico en español es el origen de la palabra algodón. Esta palabra proviene del árabe al-qutun, donde al- es un artículo definido. Sin embargo, cuando el término fue adoptado por los hablantes del español, se produjo un reanálisis y el artículo árabe se fusionó con la palabra, creando el término actual. En inglés, la palabra cotton tiene el mismo origen etimológico, pero no se incorporó el artículo. Este mismo proceso ocurre en muchísimas palabras que comenzaron con el artículo al- en árabe, como albahaca (de al-habaqa) y almohada (de al-mujadda). El castellano, de forma rutinaria, reanalizó estas palabras con el artículo incorporado.

    Hablando del artículo en combinación con el género, nos encontramos con palabras como el azúcar o el agua. Aunque ambos son sustantivos femeninos, el uso del artículo masculino el se debe a razones fonéticas, pero este uso ha llevado a que algunas personas piensen erróneamente que estos sustantivos son masculinos. No es este agua, sino esta agua. De nuevo, el fenómeno del reanálisis está presente, pero esta vez en la estructura gramatical.

    El reanálisis también puede llevarse a cabo en expresiones comunes. Un ejemplo coloquial es la nalga, que es la reinterpretación popular de las nalgas en singular. Este uso ocurre en algunos contextos informales, donde los hablantes reinterpretan el sustantivo plural como si fuera singular, cambiando su estructura original. También tenemos compuestos: a palabra enhorabuena proviene de la frase antigua en hora buena, que significaba “en un buen momento” o “en una hora propicia”. Con el tiempo se interpretó la frase como una única palabra, cambiando su estructura original. 

    El reanálisis es un motor importante de la evolución de las lenguas que permite que éstas se transformen y se adapten a las nuevas formas de comunicación. Puede comenzar con una confusión o malentendido, sus efectos pueden ser duraderos, influyendo en el vocabulario y la gramática de una lengua.

    Pinker dice que no son guays, pero a mí estas cosas me súper flipan. Y, bueno, él dice que no pero bien que le dedica páginas y páginas en su obra. Para no interesarle sí que le dedica tiempo, oye.

  • El Guardian ha publicado 19 consejos para para tener relaciones de cualquier tipo más sanas.

    Avoid fighting over who is right or wrong
    
    “I’ve been doing this for almost 40 years,” says Marshall, “and I can’t tell you how many times I’ve listened to people having an ‘I’m right and you’re wrong’ argument”. Nobody has ever solved anything this way, he says. “All that happens is somebody will throw something else in, or they’ll find an example of the one time the other person was wrong. And we just go round and round in circles. However much you believe that your views are right, your partner believes just as much that their beliefs are right, too. You need to understand the position of each other better; then you can both soften and a third way will emerge. ‘I’m right, you’re wrong’ battles destroy relationships.”
  • Teoría del comportamiento de masas: ¿por qué actuamos diferente en grupos grandes?

    Masa enfurecida

    Éste es un tema que me flipa. La psicología social ha estudiado durante décadas cómo el comportamiento humano cambia cuando formamos parte de grupos grandes. Este fenómeno, conocido como comportamiento de masas, se manifiesta en eventos multitudinarios como protestas, conciertos o celebraciones deportivas. Aunque se trate de individuos autónomos y creemos que somos independientes, la influencia del puede generar comportamientos irracionales o inesperados. En este post explico las causas de estas diferencias y qué teorías las explican.

    El comportamiento de masas es un concepto de la psicología social que describe cómo los individuos tienden a actuar de manera diferente cuando se encuentran en un grupo grande, en comparación con su comportamiento individual o en interacciones con pocos individuos. Este fenómeno suele estar marcado por una pérdida de identidad personal. Esto hace que las personas adopten comportamientos que quizás nunca mostrarían en otras situaciones.

    Cuando hablo de identidad personal, me refiero a la conciencia que una persona tiene de sí misma como individuo único y el conjunto de valores, creencias y comportamientos asociados a tal idea. En el contexto de las multitudes, esta identidad tiende a diluirse o a desaparecer. Las personas dejan de creer que son quienes son y pasan a formar parte del grupo. Pepito deja de ser Pepito para ser un forofo del Madrid durante un partido contra el Valencia CF en Mestalla.

    Las multitudes influyen en la toma de decisiones, reducen la capacidad de autocontrol y fomentan acciones extremas. Estos comportamientos no se observan en circunstancias individuales. Uno de los factores clave que explica este fenómeno es el proceso de desindividualización.

    El término «desindividualización» fue introducido por Festinger en 1952 y elaborado después por Zimbardo, entre otros: se refiere a la pérdida de la autoconciencia y de la responsabilidad individual cuando las personas están inmersas en una multitud. En estas situaciones, la presencia de terceros disminuye el sentido de responsabilidad personal, y el comportamiento tiende a alinearse con el de la masa. Un ejemplo típico es el de los disturbios callejeros, donde las personas que normalmente no actuarían de manera violenta se ven involucradas en actos vandálicos simplemente porque «los demás lo están haciendo».

    Otro enfoque clásico para entender el comportamiento de masas proviene del sociólogo francés Gustave Le Bon, que formuló la teoría del contagio social en «La psicología de las masas» (1895). Cuando los individuos forman parte de una multitud, sus emociones y acciones tienden a contagiarse entre sí, lo que genera una especie de «mente colectiva». En este contexto, las personas pierden su individualidad y racionalidad, y comienzan a comportarse según las emociones predominantes del grupo, ya sea euforia, miedo o agresión. Por ejemplo, en una manifestación pacífica, si una pequeña fracción de la multitud comienza a mostrar signos de violencia, es probable que esa emoción se propague rápidamente, alterando el comportamiento del grupo entero.

    According to Le Bon , the crowd, in psychological terms, is a group of individuals who, in specific circumstances, acquire new characteristics that are very different from the characteristics of the individuals who constitute it. Although there are different kinds of crowds, they have similar characteristics, such as the power of destruction, the certainty of impunity and a direct relationship between the certainty of impunity and the size of the crowd.
    
    According to Le Bon, regardless of who is in a crowd, the individual conscious personality fades, and the group unconscious personality prevails. The crowd, in his position, constitutes a single collective being that is guided by a mental unity and a collective soul that makes individuals feel, think and act differently than they would independently. With the help of suggestion and contagion mechanisms, feelings and ideas can quickly become actions. The individual may display automated behavior, increasing the likelihood of violent occurrences.
    
    Vilanova et al. (2017)

    A diferencia de la teoría anterior, Turner y Killian han desarrollado la teoría de la emergencia de normas, que sugiere que las multitudes no son irracionales por naturaleza. Esta teoría argumenta que, aunque los comportamientos dentro de una multitud pueden parecer caóticos al principio, con el tiempo se desarrollan nuevas normas sociales que guían el comportamiento del grupo. Por ejemplo, en situaciones de crisis, como desastres naturales, las multitudes a menudo adoptan normas de ayuda mutua y cooperación, lo que desmiente la idea de que siempre actúan de forma violenta o irracional. Estas normas emergentes pueden ser influenciadas por líderes de opinión dentro del grupo o por factores situacionales.

    Sabemos que hay varios factores que influyen en cómo se comporta una multitud. Allá van algunos:

    1. Anonimato: Las personas tienden a comportarse de manera más extrema cuando creen que sus acciones pasarán desapercibidas o cuando predicen que no habrá consecuencias negativas si son descubiertas.
    2. Emociones compartidas: Las multitudes, en ciertas ocasiones, comparten emociones fuertes, ya sea entusiasmo en un partido que acaba de ganar el equipo de turno, o indignación en una protesta. Estas emociones compartidas refuerzan el comportamiento grupal y echan leña al fuego cuando salta la chispa.
    3. Imitación: El comportamiento de unos pocos individuos dentro de una multitud tiende a influir rápidamente en los demás, ya sea para bien o para mal. Si, por ejemplo, la situación está cargadita, en el momento en que alguien activa un comportamiento extremo deseado por los demás o catalogado como justificado, el resto de individuos mostrará una tendencia a activar comportamientos similares. Por ejemplo, cuando hay una protesta y la policía no actúa, en el momento en que uno de estos últimos le dé un porrazo a un manifestante, el resto de la policía tenderá a actuar de la misma forma.
    4. Influencias externas: Ligado con lo anterior, la presencia de la policía, la cobertura mediática o los discursos de líderes pueden alterar el comportamiento del grupo. En el caso de que haya periodistas en una protesta, por ejemplo, el volumen de las enunciaciones (e. d., cuando los manifestantes gritan «sí se puede»), subirá para que quede registrado el contenido de las mismas.

    En España, el comportamiento de masas se ha observado en eventos como las manifestaciones con mensajes políticos o los celebraciones deportivas, como lo que ocurrió cuando España ganó la Eurocopa. En estos casos, se ve cómo las emociones colectivas influyen en el comportamiento individual y unifican el comportamiento. La sensación de anonimato o la emoción compartida llevan tanto a celebraciones pacíficas como a momentos de tensión.

    El comportamiento de masas es un fenómeno flipante que revela cómo las personas pueden actuar de manera diferente cuando se integran en grandes grupos. Ya sea a través de la desindividualización, el contagio social o la emergencia de normas, está claro que los procesos psicológicos generados en las multitudes influye enormemente en la forma en que se comportan los individuos.

    Creo que ya lo he dicho, pero si no, lo repito: la psicología social y el comportamiento grupal me parecen alucinante porque nos permite entender cómo las interacciones pueden influir en actitudes, creencias y acciones individuales. A partir del estudio de lo social podemos entender cómo nuestras relaciones y nuestro contexto cultural moldean nuestras decisiones y comportamientos. Una cosa es quiénes creemos que somos, lo que pensamos y lo que hacemos cuando estamos solos. Otra muy diferente, cuando interactuamos o cuando formamos parte de un grupo. Entonces nos damos cuenta de que no somos del todo quienes creemos que somos. Y eso me flipa.

  • ¿Por qué evolucionan las lenguas?

    a couple of animals that are in the dirt

    Comprender por qué las lenguas cambian es fundamental para entender cómo los seres humanos nos comunicamos, evolucionamos culturalmente y nos adaptamos a las nuevas realidades sociales y tecnológicas. El estudio de la lingüística histórica no solo explica e ilustra nuestro pasado o los contactos entre diferentes civilizaciones, sino que también nos ayuda a entender cómo nuestro cerebro procesa, crea y modifica el lenguaje. Saber por qué cambian las lenguas nos permite apreciar la riqueza y diversidad cultural de las sociedades humanas y arroja luz sobre el funcionamiento interno de nuestra cognición y nuestra capacidad para innovar.

    Las lenguas evolucionan porque son sistemas dinámicos. A diferencia de otros sistemas artificiales, las lenguas están vivas en tanto que son utilizadas por personas reales en contextos cambiantes. Además, siguen un ciclo parecido a la de los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Los seres humanos modificamos el lenguaje para adaptarlo a nuestras necesidades y a las situaciones sociales a las que nos enfrentamos. Esta flexibilidad innata hace que las lenguas sean maleables y estén en constante transformación.

    Cambios culturales y tecnológicos

    Para responder a esta pregunta es fundamental comprender la relación entre la evolución del lenguaje y los cambios culturales. A medida que las sociedades se desarrollan, el vocabulario y las estructuras lingüísticas cambian para reflejar nuevos conocimientos y tecnologías. Este proceso es evidente en la cantidad de palabras que incorporamos de otros idiomas o creamos para designar nuevos conceptos. Las lenguas evolucionan porque deben adaptarse al avance de la civilización humana. Quitando la Iglesia Católica, que no es que esté muy adaptada a los tiempos que corren, ¿quién utilizaría el latín para comunicarse en la actualidad? Sí, ya sé que algún degenerado hay por ahí, pero tampoco hay muchos.

    Un ejemplo: las lenguas que han sido «resucitadas», como el hebreo, pasaron por una fase de elaboración profunda de su vocabulario para poder designar realidades que no existían cuando dejó de hablarse. Por lo que tengo entendido, la muerte del hebreo se gestó durante el tiempo Imperio Neo-Babilónico en el siglo VI aC, cuando una gran parte de la población que hablaba esta lengua fue exiliada a Babilonia y se vio forzada a adoptar el arameo. Tras el regreso del exilio, ésta se convirtió en la lengua principal de muchas poblaciones judías, al mismo tiempo que el griego empezaba a destacar como lengua vehicular y de conocimiento. El hebreo se siguió utilizando en algunos contextos, especialmente religiosos, hasta que fue reemplazado por el arameo hacia el siglo III. Se estima que dejó de hablarse definitivamente unos cien años después.

    A finales del siglo XIX, Eliezer Ben-Yehuda impulsó su renacimiento como lengua hablada y paralelamente a la explosión del sionismo en Palestina. Hubo que modernizar el léxico hebreo, incorporando neologismos y préstamos de idiomas europeos. En 1948 fue reconocida como lengua oficial del Estado de Israel, donde es la lengua más hablada hoy en día. Es una lengua que ha cambiado muchísimo respecto al hebreo del siglo tercero, por razones obvias, y aunque toma la base de ésta, los hablantes del hebreo moderno son incapaces de entender el hebreo bíblico. Vamos, lo mismo que nos pasa a nosotros cuando leemos el latín.

    Psicología, biología y evolución

    Pero es que además de estas razones históricas y culturales, no hay que olvidarse del aspecto «biológico» de la evolución lingüística. Pinker, por ejemplo, dice que los seres humanos tenemos un instinto innato para el lenguaje, pero que este instinto no es totalmente rígido, sino que cambia y se adapta al entorno, como otras especies animales. Según este autor, la capacidad de aprender y modificar una lengua está profundamente arraigada en nuestro cerebro. El hecho de que los niños aprendan lenguas de manera natural y sean capaces de innovar dentro de ellas demuestra la naturaleza adaptable de nuestro sistema cognitivo. Esta capacidad de modificar y moldear el lenguaje se traduce en su evolución constante.

    Un aspecto menos obvio, pero igualmente importante, es el papel del azar, como en las mutaciones que se observan en los seres biológicos. Las lenguas no siempre cambian de manera ordenada o predecible. Hay veces en que son los factores aleatorios, como la simplificación de palabras o frases, una mala comprensión o una utilización errónea de algunos términos, o incluso las diferencias en la pronunciación, los que contribuyen a su evolución. Como la «cocreta», «ojalá» o «trabajar», de la palabra latina tripaliāre, que significaba «torturar». Con el tiempo, estas variaciones acumuladas se perpetúan porque resultan útiles o simplifican las enunciaciones y terminan transformando profundamente el sistema lingüístico.

    Además, la diversidad de lenguas en el mundo y su evolución no es más que es el resultado de la adaptación de los grupos humanos a diferentes entornos y circunstancias sociales. Así como las especies animales se diversifican a lo largo del tiempo, las lenguas también lo hacen para ajustarse mejor a las necesidades de las comunidades que las hablan. Por ejemplo, cuando dos o más lenguas entran en contacto, se intercambian palabras y estructuras gramaticales que añaden matices o complementan los recursos presentes en la lengua que toma prestados estos elementos. Los hablantes adoptamos términos que les resultan útiles de otras lenguas y eso termina por enriquecer y transformar con el tiempo nuestra comunicación.


    La evolución de las lenguas es un fenómeno natural que responde a factores culturales, psicológicos, biológicos y hasta cambios generados por el azar. El lenguaje no es un código fijo, sino un organismo vivo que refleja la capacidad humana de adaptación y cambio. Entender cómo y por qué las lenguas evolucionan nos ayuda a comprender mejor la naturaleza humana y su relación con la comunicación. La lengua que hablamos ahora no es la misma que hace 20 años. Hay palabras, expresiones y fenómenos gramaticales que son imparables, nos guste o no. Es totalmente inútil resistirse al cambio porque éste va a ocurrir, queramos o no.

    Lo que sí es importante es recordar que la lengua hay que cuidarla para que siga siendo lo que es: un instrumento de comunicación e interacción entre los seres humanos que es imprescindible para el desarrollo cognitivo y social de todas nosotras. Todo lo demás, es inútil.

  • El legado de Vito Russo

    Cuando hablamos de los derechos del colectivo LGTBIQ+, es imposible no mencionar a figuras históricas que dedicaron su vida a la lucha por la igualdad y la visibilidad. Entre estos pioneros destaca Vito Russo, un activista apasionado cuyo impacto resuena hasta nuestros días.

    Vito Russo fue un escritor, historiador y activista LGTBIQ+ que marcó un antes y un después en la representación de la comunidad LGTBI en los medios de comunicación. Nació en 1946 en Nueva York y se convirtió en una voz poderosa durante las décadas de los 70 y 80, cuando la lucha por los derechos civiles de la comunidad gay estaba en su punto álgido.

    Uno de los legados más importantes de Russo es su libro The Celluloid Closet (El Armario de Celuloide), donde analiza cómo Hollywood ha retratado a las personas LGTBIQ+ a lo largo de la historia. Con este libro, Vito Russo reveló cómo las películas han perpetuado estereotipos y la invisibilidad de la comunidad, contribuyendo a una cultura de marginación. Su trabajo fue clave para iniciar un diálogo sobre la representación y el poder de los medios en la construcción de la percepción pública sobre el colectivo LGTBIQ+.

    Más allá de su faceta como escritor, Russo fue uno de los cofundadores de ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power), una organización fundamental en la lucha contra la epidemia del VIH/SIDA, que estaba devastando a la comunidad gay en los años 80. Su activismo se centró en exigir que los gobiernos y las farmacéuticas tomaran medidas para combatir la crisis sanitaria.

    Hoy, décadas después, el legado de Vito Russo sigue siendo una inspiración para activistas y miembros de la comunidad LGTBIQ+. Su visión de un mundo más justo y equitativo ha contribuido a avanzar en derechos que ahora, más que nunca, debemos proteger. En tiempos en los que aún persisten los ataques a las personas LGTBIQ+, recordar a figuras como Russo nos impulsa a seguir luchando por la igualdad, la representación justa y la dignidad.

    El activismo de Vito Russo fue un ejemplo de resistencia y lucha incansable por los derechos LGTBIQ+. Su análisis de los medios de comunicación y su papel en el activismo contra el VIH/SIDA continúan inspirando a las generaciones actuales. Si quieres entender cómo hemos llegado hasta aquí en la lucha por los derechos del colectivo, la historia de Vito Russo es un punto de partida esencial.

  • Ansiedad en jóvenes LGTBIQ+: factores de riesgo y estrategias sociales

    La ansiedad es una experiencia común que afecta a personas de todas las edades y contextos. Pero en el caso de los jóvenes LGBTQ+, los factores de riesgo para desarrollar trastornos de ansiedad son significativamente mayores. Estos jóvenes se enfrentan a una serie de situaciones específicas que pueden hacerles más vulnerables a problemas de salud mental. En este post voy a hablar de esos factores y cuáles son las estrategias que más básicas para intentar mitigar los efectos de esta situación.  

    Factores de riesgo 

    El primero y más evidente es el estigma social y la discriminación que enfrentan los jóvenes LGTBIQ+. Estos jóvenes son objeto de burlas, acoso y exclusión en el colegio, en los espacios públicos o incluso en sus casas. El miedo constante a la discriminación y el rechazo llevan a niveles elevados de ansiedad que se manifiestan en contextos de interacción social significativa. En otras palabras: aparece en situaciones que van a marcar el desarrollo y el comportamiento a lo largo de la vida.

    El rechazo por parte de la familia es otro de los grandes factores de riesgo. La falta de apoyo y aceptación en el entorno familiar crean un ambiente de inseguridad emocional que potencia la aparición de trastornos de ansiedad. En casos extremos, este rechazo puede llevar a tirarlos de casa. Imagínate verte en la calle con quince años.

    El acoso escolar es otro gran melón. La violencia verbal, física y psicológica sufrida en la escuela deja siempre secuelas profundas y favorecen los trastornos de ansiedad, los procesos depresivos e incluso el estrés postraumático. Las experiencias de acoso en la infancia ocurren en una etapa crítica para la formación de la identidad y la autoestima. Si se internalizan los mensajes negativos del acoso, estos patrones de pensamiento distorsionados, como sentirse inútil o incapaz, se consolidan e influyen en su autoconcepto en etapas posteriores de la vida. Esto afecta a las relaciones y a la capacidad de afrontamiento en situaciones sociales, académicas, laborales o de cualquier otra naturaleza.

    La exploración de la identidad sexual y de género es un proceso complejo que puede generar una considerable ansiedad, especialmente en un contexto social hostil. A menudo, los jóvenes LGTBIQ+ se enfrentan a una carga doble: por un lado, el proceso de aceptar su identidad, quiénes son y cómo se articulan las relaciones sociales a consecuencia de esto. Por el otro, el miedo a las reacciones de terceros, al rechazo y a la burla. Que conste que uso «identidad» como la comprensión que las personas tenemos de nosotras mismas sobre quiénes somos, a qué grupo pertenecemos y cómo debemos comportarnos en sociedad.

    La ausencia de modelos a seguir que reflejen de manera positiva las experiencias LGTBIQ+ puede hacer que los jóvenes se sientan aislados, que son bichos raros que no pertenecen a ningún grupo y que, por tanto, deben ocultarse. Esto aumenta la ansiedad porque la construcción de una identidad sólida y saludable se hace imposible. Por eso es importante que haya maricas y bolleras en los contenidos audiovisuales que consumen y por eso debemos seguir luchando, junto al feminismo, porque estos productos se alejen de las estructuras patriarcales. Es importantísima la aparición personajes que no necesariamente se definan y se relacionan por su naturaleza LGTBIQ+, sino que son claramente miembros de la comunidad y, al mismo tiempo, se desarrollan, interactúan y experimentan el mundo sin que existan diferencias con personajes que no pertenecen al colectivo. Que el héroe lo sea por su comportamiento, no necesariamente por ser marica.

    Nota bene: Que la gente joven vea películas con maricas no va a hacer que se vuelvan maricas, de verdad que no. Que la Sirenita sea negra no hace que tu hija se vuelva negra.

    Algunas estrategias de superación 

    Lo primero: crear y mantener redes de apoyo sólidas es esencial para mitigar la ansiedad. Los grupos de apoyo, tanto online como en persona, ofrecen espacios seguros donde los jóvenes pueden compartir experiencias, obtener consejo y sentir que pertenecen a una comunidad que los entiende y acepta tal como son. No ser una anomalía te hace sentir bien y te da seguridad.

    La educación sobre temas LGBTQ+ en escuelas y comunidades es súper importante porque reduce el estigma y la discriminación y crea un ambiente más inclusivo y tolerante hacia la diferencia sin olvidar la diferencia racial, socioeconómica o funcional. Al mismo tiempo, la autoeducación sobre los derechos y la historia LGTBIQ+ puede empoderar a los jóvenes porque les ayuda a entender mejor sus experiencias y a les enseña que tienen derecho a tener un espacio en la sociedad libre de violencia y discriminación. 

    Lo último es, en la medida de lo posible, tener la oportunidad de participar en actividades de visibilización. El activismo ofrece un sentido de propósito y comunidad, y puede ser catártico para muchos jóvenes, permitiéndoles transformar su ansiedad en una fuerza de cambio positivo. Estas acciones permiten tomar el control sobre la situación y crean un espacio seguro para expresar su identidad que contrarresta los efectos de la discriminación y la inseguridad.

    La ansiedad en jóvenes LGBTQ+ es un problema muy complejo en el que hay que tener en cuenta un montón de factores de riesgo que van desde el estigma social hasta el rechazo familiar. Sin embargo, los mecanismos de defensa que pueden ayudar a mitigar estos efectos permiten a estos jóvenes vivir una vida más plena y equilibrada. La educación, el apoyo emocional y la terapia (siempre la terapia) son herramientas clave en este proceso. 

    Entiendo que quienes no habéis pasado por este proceso de definición y construcción de la identidad LGTBIQ+ tengáis problemas para entender todo este proceso. Tampoco pasa nada, yo tampoco sé lo que significa ser mujer y lo jodido que lo tenéis y eso no me impide, creo, ser feminista. Y digo «creo» porque estoy seguro de que todavía me quedan comportamientos y formas de pensar a los que les tengo que dar una vueltecita. No hace falta ser maricón para ser activista, ni ser mujer para ser feminista.

    Sigue leyendo sobre el tema:   
    
    Kosciw, J. G., Palmer, N. A., Kull, R. M., & Greytak, E. A. (2013). The effect of negative school climate on academic outcomes for LGBT youth and the role of in-school supports. Journal of School Violence, 12(1), 45-63. 
    
    Meyer, I. H. (2003). Prejudice, social stress, and mental health in lesbian, gay, and bisexual populations: Conceptual issues and research evidence. Psychological Bulletin, 129(5), 674–697. 
    
    Mustanski, B., Newcomb, M. E., & Garofalo, R. (2011). Mental health of lesbian, gay, and bisexual youths: A developmental resiliency perspective. Journal of Gay & Lesbian Social Services, 23(2), 204-225. 
    
    Ryan, C., Russell, S. T., Huebner, D., Diaz, R., & Sanchez, J. (2010). Family acceptance in adolescence and the health of LGBT young adults. Journal of Child and Adolescent Psychiatric Nursing, 23(4), 205-213. 
    
    Toomey, R. B., Ryan, C., Diaz, R. M., & Russell, S. T. (2011). High school gay-straight alliances (GSAs) and young adult well-being: An examination of GSA presence, participation, and perceived effectiveness. Applied Developmental Science, 15(4), 175-185.
  • Es maravilloso pensar que un hablante de japonés menciona la victoria de Bill Clinton en las elecciones presidenciales diga algo así como “We have very interested in Clinton’s erection”.

    Esto lo dijo Masaaki Yamanashi, lingüista, en 1992 y me meo.

  • One easy way to understand speech sounds is to track a glob of air through the vocal tract into the world, starting in the lungs. When we talk, we depart from our usual rhythmic breathing and take in quick breaths of air, then release them steadily, using the muscles of the ribs to counteract the elastic recoil force of the lungs. (If we did not, our speech would sound like the pathetic whine of a released balloon.) Syntax overrides carbon dioxide: we suppress the delicately tuned feedback loop that controls our breathing rate to regulate oxygen intake, and instead we time our exhalations to the length of the phrase or sentence we intend to utter. This can lead to mild hyperventilation or hypoxia, which is why public speaking is so exhausting and why it is difficult to carry on a conversation with a jogging partner.
    
    Steven Pinker