Marchando una de horrores, aprovechando que estoy en plena fase maníaca.
Cada vez con más frecuencia escucho cosas como:
😡 Aquel aula era muy fría.
😡 Este agua sabe a cloro.
Bueno, pues me toca los forúnculos porque es incorrecto. Debe decirse:
🙂 Aquella aula era muy fría.
🙂 Esta agua sabe a cloro.
La norma dice que el artículo la se convierte en el cuando va inmediatamente delante de un sustantivo que empieza por a– o por ha– tónicas. Lo mismo pasa con una, alguna y ninguna.
😡 la agua –> 🙂 el agua, ningún agua.
😡 la aula –> 🙂 el aula, algún aula, ningún aula, un aula.
😡 el agüita –> 🙂 la agüita (se pone la porque la a– del comienzo no es tónica)
NOTA: En el caso de alguna y ninguna, la RAE deja una puerta abierta a usarlos en femenino, así que cada cual haga lo que considere.
Pero no se usa la forma masculina cuando hay algo entre el artículo y el sustantivo, por ejemplo, un adjetivo:
🙂 la cristalina agua
🙂 la gélida aula
Y peor todavía es poner un adjetivo masculino. Vamos, que decir el águila majestuoso (:x) es cagarla con todas las consecuencias. También está fatal de los fatales decir este águila (:x), ya que no debe cambiarse al masculino las formas esta, esa y aquella, ni ningún otro determinante, así que volvemos al principio. Quedas como la chata si dices este aula es muy fría (:x) o los jugadores estaban por todo el área (:x).
Leyendo en el artículo de la RAE me encuentro con algo sorprendente:
Sin embargo, en los sustantivos que, teniendo asimismo dos terminaciones, han comenzado a usarse solo recientemente en femenino, los hablantes, de forma espontánea, tienden a usar la forma la del artículo, pues se carece, en estos casos, de tradición heredada; es el caso de la palabra árbitra, con la que los hablantes usan, espontáneamente, la forma la y no el.
Evidente. Los que habláis espontáneamente de las árbitras –tema recurrente en mis conversaciones de fin de semana–, que sepáis que la RAE lo sabe y os está vigilando.
Para aventureros de la lengua diré que la palabra azúcar tiene dos géneros, pero se usa mayoritariamente la forma masculina cuando no lleva adjetivo –el azúcar– y cuando está en plural –los azúcares perjudiciales para la salud–, pero es mayoritario el uso en femenino con un adjetivo –lo hice con azúcar morena–, aunque las hermanas de los Chunguitos pueden estar tranquilas porque también vale con el adjetivo en masculino. Es también uno de los pocos –no sé si el único– sustantivo que admite el artículo masculino con un adjetivo femenino –el azúcar morena–.
Otra de las palabras top en cualquier discusión de salón que se tercie –que sé que vosotros sois muy de discutir sobre cuestiones lingüísticas los sábados por la noche, que nos vamos conociendo– es mar. Bueno, pues después de oír todas las teorías habidas y por haber y para sacaros de ese sinvivirenmí en el que vivís habitualmente, que yo lo sé, confirmaremos lo que ya se sabe. Que mar puede ser masculino y femenino. Teniendo en cuenta que entre las gentes de mar es un sustantivo femenino, se usa –cagüen la RAE– como tal en expresiones que hablan de su estado –mar arbolada– y en locuciones propias de profesiones marinas –hacerse a la mar–, así como en las expresiones pelillos a la mar, la mar de mono y, la más importante, me cago en la mar. Cuando forma parte de un nombre propio, ojo, siempre masculino y en minúscula, como el mar Mediterráneo y el mar Rojo.
Así que, todo el mundo a cagarse en la mar, que a mí lo de cagarse en el mar me da mucha risa y es una gorrinada.
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