Llevo varios días con una crisis de lecturas. Me explico. Después de la resaca de la Trilogía de Nueva York, de Auster, después de Jane Eyre, que me marcó hasta el colodrillo, y no va de coña, después de atascarme con Marte Rojo, de Stanley Robinson –“atasco” igual a «lectura lenta»– y después de las salamandras, vivo sin vivir en mí. Tengo pendientes uno de Ballard, El día de la creación, que no quiero empezar para no saturarme –aunque es difícil con este autor, pero no sé por qué quiero darle más tiempo–, y otro de Almudena Grandes, Mercado de Barceló, que tiene muy buena pinta; pero no encuentro ninguna novela de ciencia-ficción que me apetezca leer ahora mismo. Quizá no sea el momento, puede que esté empachado o será que ya he leído todo lo que me apetece –lo dudo, me falta una larga lista de autores–, pero voy a La Casa del Libro o a París-Valencia o a FNAC o ande sea y salgo con otras cosas, pero no con ci-fi. Hace poco me saturé de Dan Simmons –con razón, después de 1.800 páginas–, antes me había pasado con Wyndham –y de paso recomiendo El día de los Trífidos–, con Pearl S. Buck y con Gaarder, y aprovecho para decir que el que más me gustó fue El misterio del solitario, no El mundo de Sofía.
¿Os habéis atascado alguna vez? ¿Habéis tenido algún empacho de autor –novísima etiqueta que me invento, por la presente–?
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