¿Vosotros le pondríais letra al himno? A mí es algo que me da absolutamente igual, pero parece que hay algunos deportistas que preferirían cantar algunos versos a tararear como hasta ahora. Y yo que pensaba que teníamos suficiente con aquello de:
Niiino, niiino, nanino nino nino,
nino ni no niá, nanino nino niii.
Niiino, naniiino, naniiino naní
nanino ni no ní, nanino ni no ní.
A mí me sobra, claro que ni soy deportista de élite, ni gano medallas, ni tampoco canto el himno nacional, horrendo donde los haya. De toda la vida ha tenido letra el himno, no miréis pa otra parte, no, que teníamos una alternativa al niiino, niiino:
Franco, Franco, que tiene el culo blanco
porque su mujer lo lava con Arieeel.
Ya sé que no está a la altura de otros, como el alemán con eso de la igualdad, el derecho y todas esas cosas maravillosas, pero letra es, al fin y al cabo. La Marcha Real debería quedarse como está. ¿Por qué? Primero porque, como han dicho los entrevistados en un noticiero, poner de acuerdo a todo el mundo, empezando por el congreso, va a ser misión imposible. Aúna más lo del niiino niiino que cualquier verso en el que se mente al pueblo, a la patria o a Perico, el de los palotes. Segundo porque si los deportistas de élite, que se dice, no sé si porque son vecinos de Isabel Preysler, porque no mueven los labios al hablar –”Cola-Cao eneryi, el golagao e se yea”– o porque salen en la tele, bueno, que si lo dicen unos deportistas de élite o el Comité Olímpico Español –otros que tal– no creo yo que haya que montar un dispositivo de urgencia para solventar esta cuestión porque ellos ahora tengan el corazoncito soflamado de nacionalismo y menos aún que un partido político mueva cielo y tierra o que salga en las portadas de los periódicos y en todos los programas de información. Relevancia, cero. Convendría, creo yo, apoyar con más dinero al desarrollo de actividades deportivas, para el pueblo llano, digo, que sé que son todos unos zarrapastrosos y se ponen a jugar al fútbol en cualquier sitio lleno de polvo y no convenientemente adecentado, con su césped bien regadito, con sus porterías, con su marcador electrónico y esas cosas fundamentales para hacer deporte. Ya me he ido otra vez por las ramas. Si es que no puedo con esto del torrente de ideas, que no consigo decir nada de provecho.
A ver, hasta ahora he dado dos razones: que va a ser un debate intrascendente e inútil, que sólo por que cuatro pijos –y lo digo con todas las consecuencias– tengan una urgencia haya que mover cielo y tierra y me falta la tercera, que siempre quedas bien dando tres razones, si das dos, no eres convincente, si das cuatro, eres un pesado. ¡Ah, sí!, ya la tengo: que no hay ninguna ley universal que obligue a cantar el himno cuando uno está orgulloso de lo que ha hecho, vamos que imagínate el tiempo que perdería si me tuviera que poner a cantar el himno cuando me ha salido bien la crema de puerros o en otras situaciones que me callo, que me sale la vena macarra y escatológica y no tengo ganas de hablar de cagajones y demás. ¡Uy!, ya lo he dicho. ¿Ves? Si es que la cabra siempre tira pal monte. Y de paso digo que el tercer argumento es bastante débil, pero oiga, argumento es y además el tercero.
Una amiga mía me dijo hace poco que, en nuestros días, la diferencia entre los partidos y las opiniones políticas no es más que un desacuerdo en las prioridades. Y tiene toda la razón. A mí lo del himno no me parece una prioridad, ni mucho menos, creo que es absolutamente innecesario y que, por poco que cueste redactar una letra, no merece la pena el dinero, el tiempo y las discusiones y enfrentamientos que eso va a causar.
A todo esto, y pasamos ya a los testimonios, leo en EL PAÍS:
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se ha mostrado a este respecto partidario de poner letra al himno nacional «si hay consenso de todas las partes» y ha añadido que, si es así, lo cantará con «pasión», «emoción», y con el «sentimiento de representar a una gran nación».
Y después:
El cardenal Primado de España y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ha dicho hoy que, «como español, me gustaría que tuviésemos una letra en el himno nacional». El también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española manifestó que él cree que «todos queremos de alguna manera que tengamos una letra» para el himno nacional.
En este sentido señaló que si en Toledo el himno de la ciudad tiene letra «y nos ponemos muy gozosos cuando la cantamos, por ejemplo el próximo miércoles por la noche bajo el Arco de Palacio«, con motivo de las festividades del Corpus, y «la gente vibra, cómo no vamos a vibrar también con el himno nacional«.
Pues a mí el gozo no me entra por ninguna parte, Sr. Cañizares.
Ya puestos, ¿qué letra propondríais vosotros? ¿Os atrevéis a poner unos versos? Os reto oficialmente.
ACTUALIZACIÓN:
BAJO EL VOLCÁN ha publicado la letra original. Consúltala aquí.
PD: Esto ha estado toda la tarde fuera de combate debido a problemas en el servidor. Cagonlamarsalá.
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