Se ha muerto la hermana de la princesa. Y todos los partidos políticos se han dado de leches para ser los primeros en pedir el máximo respeto a la familia. Estupendo. Pero yo me pregunto si no habría que hacer lo mismo cuando salen las historias de maridos que han matado a hachazos a sus mujeres. O con las imágenes de cadáveres en los mercados de Bagdad. O con los presuntos etarras. O con la Duquesa de Alba. Evidentemente, la respuesta para mí es sí. Pero aquí nos topamos con la misma doble moral de siempre: los hay que se merecen respeto. Los hay que no.
ACTUALIZACIÓN (13.40):
De ABC.ES:
La proximidad de la finada con la Familia Real exige, además, una particular meticulosidad en el ejercicio informativo, porque la institución de la Corona constituye un patrimonio común de los españoles, que no pocos deterioran -con absoluta impunidad- haciendo alardes de sensacionalismo, ausencia de rigor y falta de respeto.
Como siempre, dos raseros. A las que matan sus maridos, a los mismos maridos y a los vecinos, que les den por culo, ¿no?
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