Algunos médicos y algunas médicas protestan por Twitter por la cantidad de bebés que son atendidos en las urgencias hospitalarias sin necesidad. Puede que vayan a urgencias porque la familia no sabe qué hacer o no tiene ni idea de cómo valorar la gravedad del asunto. Igual, Antonio, igual va y llevan al bebé a urgencias porque el ambulatorio está cerrado, o porque están desesperados esperando la cita con el pediatra en dos semanas, o porque no pueden pagarse una consulta privada. O quizá, Antonio, van al hospital porque creen que realmente ocurre algo grave. ¿Y sabes qué? Te sorprenderá, pero no han estudiado medicina, ergo no pueden valorar si la situación es seria o no. Tú sí has estudiado, ellos, no.

Si las urgencias del hospital se colapsan no es por esos bebés que son atendidos, sino porque la sanidad pública está infrafinanciada. El problema no hay que buscarlo en las familias que están agobiadas y no saben que hacer. Mientras la sanidad pública, la justicia y la educación no sean las prioridades absolutas para los gobiernos y mientras falten fondos para su financiación, el mal funcionamiento seguirá siendo responsabilidad de quien decide cómo se ha de invertir el dinero público. Y no vale decir que hemos pagado 53.000 € en los pinganillos del Congreso para traducir las intervenciones porque parece que pagamos 8,4 millones de € al año en la monarquía y nadie dice ni mu. Si te molesta lo primero y no lo segundo es probable que creas que no eres ni de derechas ni de izquierdas.

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