No he escrito nada en los últimos días porque hay tanto jaleo a mi alrededor que es imposible. No es por los seis billetes de avión que tuve que comprar desde el móvil (de los que sólo usé dos), ni de que me hayan añadido un grupo extra de clases sin comerlo ni beberlo: estuve una semana de baja y volver al trabajo me ha obsequiado con una maravillosa montaña de trabajos por corregir y proyectos de investigación para evaluar, on top of everything. Además de eso, se avecina una mudanza, un cambio de vida radical y un viaje a España que no sé cómo va a terminar. 5 kg he perdido por el camino.
¿Qué decido yo? Cogerme un día libre para irme a Copenhague, a vivir la vida.
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