English is one of the very few Germanic languages that preserve the Germanic th-sound. For example, three is drei in German, trije in Frisian, and tre in Swedish. These languages used to have this th-sound as well, but they lost it long ago.
Categoría: Lengua
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Es maravilloso pensar que un hablante de japonés menciona la victoria de Bill Clinton en las elecciones presidenciales diga algo así como “We have very interested in Clinton’s erection”.
Esto lo dijo Masaaki Yamanashi, lingüista, en 1992 y me meo.
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One easy way to understand speech sounds is to track a glob of air through the vocal tract into the world, starting in the lungs. When we talk, we depart from our usual rhythmic breathing and take in quick breaths of air, then release them steadily, using the muscles of the ribs to counteract the elastic recoil force of the lungs. (If we did not, our speech would sound like the pathetic whine of a released balloon.) Syntax overrides carbon dioxide: we suppress the delicately tuned feedback loop that controls our breathing rate to regulate oxygen intake, and instead we time our exhalations to the length of the phrase or sentence we intend to utter. This can lead to mild hyperventilation or hypoxia, which is why public speaking is so exhausting and why it is difficult to carry on a conversation with a jogging partner.
Steven Pinker
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¿Por qué la observación de niños sordos es tan importante para entender la naturaleza del lenguaje humano?
Los que me seguís hace tiempo sabéis que las lenguas es un tema que me apasiona. He pasado por diferentes fases, como Saussure: de ser un normativista de mierda, me he convertido en ser un ser de luz y ahora soy un gran fan de la gramática universal, que no de Chomsky. Con reservas, pero fan. Cuando estudié las asignaturas de psicología que tenían que ver con el aprendizaje y las lenguas me explotó la cabeza. Pasé de creer que la lengua era un artefacto cultural construido y bla bla bla (que me cago en el máster de filosofía que hice, por cierto) a hablar del cerebro y la genética con pía reverencia. Pinker escribió un libro que releo cada cierto tiempo y que me he comprado tres veces porque he perdido dos copias: «The Lenguage Instinct». Leedlo, por favor.
Steven Pinker propone en su teoría de la naturaleza innata de las lenguas que la capacidad para el lenguaje es una característica innata de la mente humana, como expliqué aquí. Según Pinker, el lenguaje no es simplemente un comportamiento aprendido a través de la imitación y la exposición, sino que los seres humanos nacen con una «gramática universal», una estructura subyacente que es común a todas las lenguas y que permite a los niños adquirir cualquier idioma al que estén expuestos.
Pinker argumenta que esta capacidad innata es una adaptación evolutiva específica del ser humano. Los niños no necesitan una instrucción formal para aprender a hablar; en lugar de eso, simplemente necesitan estar en un entorno donde el lenguaje esté presente. Aprenden a hablar de manera espontánea y con sorprendente rapidez, lo que sugiere que la habilidad para el lenguaje es una característica biológica inherente, no una habilidad adquirida culturalmente.
Las evidencias sobre los niños sordos aportan un apoyo contundente a esta tesis. Los niños sordos que no tienen acceso a una lengua de señas formal desarrollan espontáneamente sistemas de comunicación complejos, conocidos como «lenguas de señas caseras». Estos sistemas poseen una estructura gramatical consistente y siguen patrones similares a los de las lenguas habladas: los niños están predispuestos a crear sistemas lingüísticos organizados, incluso sin un modelo completo de una lengua formal, o sea, sin haber estado expuestos a un sistema lingüístico. Por tanto, la capacidad de hablar y el aprendizaje de la lengua no puede deberse exclusivamente a la imitación, porque si no, estos niños no desarrollarían espontáneamente estos sistemas.
Los niños sordos que aprenden una lengua de señas formal, como el Lenguaje de Señas Americano (ASL), muestran etapas de desarrollo lingüístico muy similares a las de los niños oyentes que aprenden una lengua hablada. Pueden crear oraciones gramaticalmente correctas y demostrar una comprensión profunda de la sintaxis y la semántica de su lengua de señas. Estos hallazgos sugieren que la capacidad para adquirir y utilizar el lenguaje no depende del canal sensorial (auditivo o visual), sino que es una habilidad innata de la mente humana.
En «The Language Instinct», Steven Pinker presenta una de las evidencias más flipantes: el caso de los niños sordos en Nicaragua. Estos niños desarrollaron una nueva lengua de señas de manera espontánea en la década de 1980. Antes de la implantación de escuelas para sordos en Nicaragua, estos niños no tenían un sistema de comunicación formal y hablaban mediante signos que habían aprendido en casa y que se desarrollaban en núcleos familiares. Los sistemas lingüísticos eran tan numerosos como familias había. Sin embargo, cuando fueron puestos en un entorno común, empezaron a desarrollar un sistema de señas que rápidamente evolucionó en una lengua completa con su propia gramática, conocida como la Lengua de Señas Nicaragüense (LSN). Los niños más jóvenes, expuestos a las señas iniciales creadas por los niños mayores, refinaron y estructuraron estas señas en un lenguaje más complejo y gramaticalmente consistente, lo que indica que las mentes infantiles están predispuestas a organizar la comunicación de manera lingüísticamente sofisticada.
¿Qué partes del cerebro están involucradas?
Las observaciones de las últimas décadas respaldan la hipótesis de Pinker sobre la naturaleza innata del lenguaje. Todo apunta, y esto es lo flipante, que el lenguaje es una capacidad biológica e inherente a la especie, no es el producto 100% cultural que pensábamos. Ahora la pregunta es: si es una capacidad biológica, qué partes del cerebro son las responsables de estas capacidades? Pues allá va:
- Área de Broca: Ubicada en el lóbulo frontal izquierdo, esta zona es crucial para la producción del habla y la gramática. Cuando esta área sufre algún tipo de daño, las personas suelen tener dificultades para formar oraciones correctas y para articular palabras de manera fluida, una condición conocida como «afasia de Broca».
- Área de Wernicke: Situada en el lóbulo temporal izquierdo, es una área esencial para la comprensión. Si te jodes el área de Wernicke, por un accidente cerebrovascular, trauma (por ejemplo, cuando te das una hostia con el coche), muy probablemente desarrollarás la «afasia de Wernicke»: las frases serán más o menos gramaticalmente correctas y estarán bien construidas, pero no tendrán sentido.
- Fascículo arqueado: Este haz de fibras nerviosas conecta el área de Broca con el área de Wernicke. Es fundamental para la integración de la producción y comprensión del lenguaje. Si le pasa algo al fascículo arqueado será muy difícil repetir palabras y frases, lo que se conoce como «afasia de conducción».
- Giro angular y giro supramarginal: Estas áreas, localizadas en el lóbulo parietal, están involucradas en la lectura, la escritura y el procesamiento de la información semántica y fonológica. Ayudan a asociar las formas visuales de las palabras con sus sonidos y sus significados.
- Corteza auditiva primaria: Situada en el lóbulo temporal, esta área es responsable del procesamiento inicial de los sonidos del habla. Aunque no participa directamente en la producción del lenguaje, es crucial para la percepción auditiva que subyace al aprendizaje y comprensión del habla.
- Ganglios basales y cerebelo: Aunque tradicionalmente no se asocian exclusivamente con el lenguaje, estas estructuras participan en la coordinación y fluidez del habla, así como en el aprendizaje de los patrones rítmicos y secuenciales del lenguaje.
Estas áreas forman una red compleja que permite a los humanos procesar, entender y producir lenguaje. Sabemos que estas áreas están implicadas en el lenguaje, inicialmente, por las observaciones de las capacidades para entender el habla y generarla de los pacientes que han sufrido algún tipo de daño. Ahora podemos observar mediante técnicas de neuroimagen qué partes del cerebro se ponen en marcha o incrementan su actividad al realizar ciertas tareas relacionadas con el lenguaje. En cualquier caso, esta base biológica confirma lo que viene diciendo Pinker: que la lengua es un proceso cultural, sí, en cuanto a la generación de significados. Pero también es el resultado de unas condiciones orgánicas específicas que no compartimos con otras especies, que sepamos.
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Libro de estilo (1)
¿Sabíais que el verbo “encantar” no se combina con “mucho” pero sí sería aceptable decir “me encanta muchísimo”?
Lo dice la RAE.
ME QUEDO MUERTO.
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Dar la turra
A mí estas cosas me superflipan. “Dar la turra” es “dar la lata”, “molestar” o “fastidiar”.
¿Pero qué significa “turra”? Pues el DRAE dice que es una palabra que se utiliza en Segovia y Ávila para una especie de tomillo muy nocivo para el ganado. ¿Qué especie es? No lo dice, pero he buscado y he encontrado que puede ser el “thymus zygis” o “tomillo salsero”, que no tengo ni puta idea de cuál es porque yo de tomillos no entiendo. Si alguien sabe algo, que se manifieste. Gracias. De nada.
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Silozhin “ha muerto” porque su avión “se ha caído”, de la misma forma que Carrero Blanco se murió porque su coche se puso a volar.
Los eufemismos pueden ser ridículos.
Pd: parece una traducción automática de The Guardian.
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El otro día, precisamente, escribí sobre los clics y ahora va y me encuentro con este artículo de la BBC sobre la lengua N|uu, una lengua con 45 clics.
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Notas sobre los trastornos del lenguaje
El lenguaje es un aspecto fundamental de la comunicación y la interacción humanas. Sin embargo, para algunas personas, el lenguaje puede ser un desafío, más aún cuando padecen un trastorno del lenguaje.
¿Qué es un trastorno del lenguaje? Es una condición en la cual una persona experimenta dificultades para comprender o expresarse de manera efectiva mediante el lenguaje. Estas dificultades pueden afectar la forma en que la persona habla, comprende, lee o escribe. Los trastornos del lenguaje pueden manifestarse de diversas maneras y se clasifican en diferentes tipos: los hay que afectan a la comprensión, a la forma en que se articula o a cómo se manipulan los elementos y se construyen secuencias con significado. Estos trastornos no están relacionados con problemas de audición, discapacidad intelectual o falta de exposición al lenguaje.
Estos son algunos de los trastornos más habituales:
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