Anteayer emitieron un documental en TVE1 perteneciente a la serie de LA TRANSICIÓN, dirigida por Elías Andrés, con guión de Victoria Prego. Hablaban del asesinato contra Carrero Blanco y la constitución del gobierno de Arias Navarro. Lo había visto con anterioridad, pero me interesó igualmente y sentí la misma intriga que cuando lo vi por primera vez. De esa serie, recuerdo perfectamente el de la muerte de Franco porque daba la impresión de ser un thriller en toda regla.
Cada vez que veo esas imágenes pienso en lo que ha cambiado España, afortunadamente, y en el miedo que me habría dado vivir esa época con, pongamos, veinte años, o treinta, o con hijos, me da lo mismo. Es espeluznante.
Y no sé si viene al caso, pero siempre me han repateado esos criajos ignorantes que dicen aquello de que con Franco se vivía mejor. ¿Y qué coño sabrás tú de eso, si tú naciste con el Naranjito, pedazo de imbécil? Ya sé que no hacen más que repetir lo que oyen en casa, pero mira que me cuesta morderme la lengua, tú. Con lo a gusto que me quedaría enviando a esos tontainas a Madrid al quince de agosto del 65, les quitaría los coches, la pleyesteison, la internete, los condones, el dinerito de sus papis para ir al cine, los restaurantes chinos, Telecinco, la carrera, los 40 principales y la resaca dominical. Algunos habrá que dispondrían del mismo dinerito, pero los domingos por la mañana se los jodería igual, oiga, que hay que oír misa.
Y ya de paso repito un pensamiento original de mi amigo J., al que no había mentado por aquí hasta ahora, es un amigo de los milenarios, una de esas personas a las que conoces desde hace tantos años que ni te acuerdas del primer día que los viste. Bueno, que hago mía la reflexión de J., que piensa que a esas personas que dicen que les habría gustado vivir en épocas pasadas –en la Roma de Julio César, por ejemplo– les diría con toda la autoridad:
Sí, sí, y que te dé un dolor de muelas y te la tengan que arrancar.
Pues eso, que la historia de que cualquier tiempo pasado siempre ha sido mejor es una mentira, y de las gordas.
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