¿Qué es el «silent trade»?

Mercado
The Carthaginians feel us that they trade with a race of men who live in a part of Libya behind the Pillars of Heracles. On reaching this country. they unload their goods, arrange them tidily along tech beach, and then, returning to their boats raise a smoke. Seeing the smoke, the natives come down to the beach, place on the ground a certain quantity of gold in exchange for the goods, and go off again to a distance. The Carthaginians then one ashore and take a look at the gold; and if they think it presentas a fair price for their wares, they collect it and go away; if, on the other hand, it seems too little, they go back aboard and wait, and the natives come and add to the gold until they are satisfied. 

Herodoto, en sus Historias.

El silent trade es un término que describe una forma de intercambio comercial en la que las dos partes involucradas en la transacción no se comunican verbalmente. Este texto de Heródoto supone un ejemplo temprano de este tipo de comercio.

Los comerciantes cartagineses llegan a una costa desconocida y dejan sus mercancías en la playa. Luego, hacen una hoguera para decirle a los nativos que disponen de productos con los que quieren comerciar comerciar. Los nativos, al ver el humo, bajan a la playa y dejan oro en la arena como pago por las mercancías y se retiran. Los cartagineses regresan a la costa y revisan el oro dejado por los nativos. Si consideran que es suficiente, lo recogen y se marchan. Si no, se quedan a la espera de que los nativos ofrezcan más. Ambas partes realizan la transacción sin comunicarse verbalmente, confiando en gestos y señales visuales para llevar a cabo el intercambio.

El silent trade era común en muchas culturas antiguas y se utilizaba especialmente en situaciones donde había una barrera lingüística o cultural entre ambas. En lugar de depender del lenguaje hablado, este método se basaba en la ejecución de conductas acciones para facilitar el intercambio.

En las sociedades modernas, varias razones hacen que este tipo de comercio sea inviable. En primer lugar, la complejidad de las transacciones comerciales en la economía moderna suele abarcar una variedad de bienes y servicios, lo que requiere una comunicación detallada sobre los productos, precios, condiciones de venta, etc., lo que no es posible sin emplear algún código de tipo lingüístico, generalmente formalizado.

Además, las sociedades modernas están fuertemente reguladas, incluyendo las transacciones comerciales, la necesidad de contratos escritos, impuestos, registros de transacciones, entre otros aspectos que requieren una comunicación formal. La tecnología moderna, además, facilita la comunicación instantánea y la transferencia de fondos de manera segura, haciendo que la comunicación verbal y la negociación sean mucho más eficientes que los métodos silenciosos del pasado.

Por otro lado, en las sociedades modernas, la confianza entre las partes involucradas en una transacción comercial se basa en la transparencia, la reputación y la aplicación del marco legal. La falta de comunicación verbal puede generar desconfianza y dificultar la resolución de disputas o problemas que puedan surgir. Las complejidades de la economía moderna, junto con las regulaciones y tecnologías actuales, hacen que este tipo de comercio sea poco práctico o inviable en las sociedades contemporáneas.

Si bien muchas sociedades antiguas y medievales tenían mercados prósperos y un comercio a larga distancia extenso, generalmente estaban basados en normas impersonales de intercambio con principios de equidad y confianza impersonal ampliamente aplicables. Las leyes de mercado que hemos establecido los europeos se fundamentan precisamente en la impersonalidad de las relaciones comerciales, reguladas externamente por los marcos legales que hemos desarrollado. Las leyes de oferta y demanda no siempre han funcionado de manera efectiva en las sociedades humanas. La intervención gubernamental, la manipulación del mercado, las desigualdades de poder y recursos, así como las consideraciones culturales y éticas, pueden influir en el comportamiento del comercio y afectar su capacidad para alcanzar un equilibrio eficiente.

El liberalismo, de nuevo, nos ha comido la cabeza y nos ha hecho pensar que sólo la psicología de las masas es importante: las relaciones interpersonales y el contacto social son, y seguirán siendo, la clave para entender cómo funciona la economía, por mucha historia que nos cuenten.

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