• Wedekind (1995) y la influencia de las feromonas en la atracción sexual

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    Mucha gente piensa que las feromonas son decisivas en la atracción y las preferencias que tenemos a la hora de elegir una pareja sexual, como ocurre con los animales. Pero las investigaciones en psicología han demostrado que esta influencia no está tan clara y que hay otros factores biológicos, como el Complejo Principal de Histocompatibilidad (MHC), que pueden ser importantes a la hora de que se establezca esta “química sexual” entra dos personas. Estas creencias erróneas subestiman la complejidad de la interacción de todas estas variables cognitivas, biológicas y afectivas que influyen en nuestras elecciones.

    Para intentar poner orden en todas estas cuestiones, Claus Wedekind decidió investigar la influencia del Complejo Principal de Histocompatibilidad (MHC, por sus siglas en inglés) a la hora de que alguien nos parezca atractivo. El MHC es un conjunto de genes que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico de los vertebrados. Estos genes codifican proteínas de superficie celular que son fundamentales para la presentación de antígenos a las células T, facilitando así la identificación y eliminación de patógenos. La alta variabilidad del MHC entre individuos permite una mayor diversidad en la respuesta inmune. Se ha observado que las preferencias olfativas en humanos pueden tener una influencia decisiva ya que favorecen la elección de parejas con un MHC diferente al propio de manera que se potencie la diversidad genética y la resistencia a enfermedades en la descendencia.

    El experimento de Wedekind

    Wedekind y su equipo reclutó jóvenes voluntarios no fumadores para participar en este experimento. Les dieron a los voluntarios unas camisetas que debían llevar durante 48 horas consecutivas para que se impregnaran de su olor corporal. Para ello, debían seguir una dieta que excluyera ciertos tipos de comida, como el picante, y debían abstenerse de ducharse y ponerse desodorante o perfume. Dos días después, recogieron las camisetas y las metieron en bolsas de plástico selladas para preservar los olores. Luego, les dieron estas camisetas a 49 mujeres para que las olieran y puntuaran a los hombres que las habían llevado: “del 1 al 10, ¿te parece que este tío es atractivo?” A cada mujer le dieron a oler varias camisetas. Para asegurar que las evaluaciones fueran objetivas, las mujeres no conocían a los hombres, ni habían visto fotos de ellos, ni nada.

    Previamente, habían analizado las características principales del MHC de los participantes, tanto de los hombres, como de las mujeres. Lo que querían hacer era, una vez recogidos los datos, ver si había algún tipo de relación entre el MHC de los participantes y si las mujeres encontraban atractivos a los hombres o no.

    Resultados

    Los resultados mostraron patrones significativos en las preferencias de pareja, correlacionando notablemente con la variabilidad del MHC. Las mujeres mostraron una tendencia a preferir las camisetas usadas por hombres cuyos perfiles de MHC eran más distintos al suyo. En otras palabras: las mujeres encontraban más atractivos a los hombres, cuanto más diferentes fueran los perfiles del MHC. Esto se interpreta de la siguiente manera: la descendencia que resulta de la combinación de dos MHC distintos estará genéticamente mejor preparada para afrontar enfermedades. Si A y B tienen sistemas inmunológicos preparados para luchar contra enfermedades de distinto tipo, su descendencia heredará mecanismos de defensa que puedan combatir un mayor espectro de patologías. Si X y Z tienen el mismo patrón de MHC; la descendencia estará menos preparada. Por tanto, A y B se encontrarán mutuamente más atractivos que X y Z.

    Teniendo en cuenta que la diversidad genética mejora la fortaleza inmunológica de la descendencia, los datos del experimento sustentan la hipótesis de que el MHC desempeña un papel importante en la atracción y selección de pareja en humanos. Esto supone una evidencia clara de que la variabilidad genética en el MHC influye en las preferencias olfativas y en la elección de pareja. O sea, que las preferencias sexuales de las mujeres están moduladas por las señales químicas relacionadas con el MHC.

    El experimento de Wedekind de 1995 aportó una perspectiva innovadora sobre cómo el MHC puede influir en la elección de pareja en humanos y, aunque excluye que haya otros factores importantes a la hora de que te apetezca follisquear con alguien, sí viene a confirmar que las señales químicas juegan un papel importante, al menos en el atractivo sexual de los heteros.

    No se nos puede olvidar que la cultura también juega un papel importante, ya que las normas sociales, los valores y las expectativas de la comunidad pueden modular estas preferencias. Tampoco hay que dejar de lado las experiencias personales y el entorno familiar ni tampoco la personalidad, los intereses comunes y la compatibilidad emocional, el estatus social, la inteligencia, el sentido del humor o las circunstancias en las que las personas se conocen. No es lo mismo tener un calentón y quedar por Grindr para un polvo rápido que termines acostándote con tu compañero de trabajo.

    Yo creo que Tinder debería tener una opción para poder registrar tu perfil MHC y que el algoritmo hiciera su magia, oye.

    Referencias 
    
    Wedekind, C., Seebeck, T., Bettens, F., & Paepke, A. J. (1995). MHC-dependent mate preferences in humans. Proceedings of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences, 260(1359), 245-249.

  • El impacto de los relojes públicos en el desarrollo económico y en la psicología occidental

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    Me quedo muerto. Joseph Henrich ha explorado en profundidad la relación entre la aparición de relojes en edificios públicos, el desarrollo económico y el auge de las universidades, presentando un análisis que revela conexiones sorprendentes entre estos elementos. Según Henrich, la instalación de relojes públicos en Europa Occidental durante la Edad Media no fue solo un avance tecnológico, también fue un catalizador para el desarrollo económico y social. Y un logro del capitalismo. La puntualidad y la gestión precisa del tiempo, facilitadas por estos relojes, fomentaron una cultura de disciplina y eficiencia, características esenciales para el crecimiento económico sostenido.

    Henrich argumenta que los relojes públicos desempeñaron un papel crucial en la transformación de las estructuras sociales y económicas. La sincronización del tiempo permitió una mejor coordinación en actividades comerciales y laborales, impulsando la productividad y, en consecuencia, el desarrollo económico. Además, esta nueva forma de medir el tiempo influyó en la organización y funcionamiento de las instituciones educativas, en particular las universidades, que comenzaron a estructurarse de manera más sistemática y ordenada.

    Las universidades medievales, según Henrich, se beneficiaron enormemente de la capacidad de planificar y ejecutar horarios fijos, lo que mejoró la regularidad y la calidad de la educación. Esta estructuración del tiempo académico promovió una cultura de estudio y disciplina entre los estudiantes, lo que a su vez contribuyó al avance del conocimiento y la innovación. Henrich subraya que este entorno educativo más riguroso y organizado fue fundamental para los logros intelectuales que caracterizaron el Renacimiento y la Edad Moderna.

    Esto que dice Henrich hace que me explote la cabeza. Los relojes no solo transformaron la percepción y el uso del tiempo, sino que también provocaron cambios en la organización económica y educativa, contribuyendo significativamente al progreso y desarrollo de las sociedades occidentales. Y sobre todo, en la psicología de las masas.

    La introducción de relojes públicos y la creciente importancia de la puntualidad uvieron un impacto profundo en la psicología occidental, transformando no solo las estructuras económicas y educativas, sino también la mentalidad y los comportamientos individuales y colectivos.

    Los relojes públicos inculcaron un sentido de disciplina y responsabilidad en la población. La necesidad de ajustarse a horarios fijos fomentó la autodisciplina y el autocontrol, características esenciales para la eficiencia laboral y la productividad personal, según Henrich. ¿Podemos ser más neoliberales? No sé. Henrich añade que este cambio hacia una mayor rigidez temporal creo una cultura donde el cumplimiento de los horarios se convirtió en un valor fundamental, asociándose con la profesionalidad y la ética del trabajo.

    Esta sincronización del tiempo contribuyó a una percepción más homogénea y compartida del tiempo, lo que vino a fortalecer la cohesión social, dice. La coordinación de actividades comerciales, laborales y académicas en horarios precisos también facilitó una mayor interacción y cooperación entre las personas, reduciendo la incertidumbre y promoviendo la confianza en las relaciones sociales y profesionales.

    Todo esto tuvo un impacto de la hostia en la organización cognitiva y la planificación a largo plazo. La gente comenzó a desarrollar habilidades para la gestión del tiempo, priorización de tareas y establecimiento de metas y objetivos. Este enfoque orientado al futuro también fomentó una mayor orientación hacia el logro, impulsando la innovación y el progreso económico. Y oye, que no se nos olvide: también del liberalismo económico.

    Sin embargo, la rigidez temporal también tuvo efectos negativos, como el aumento del estrés y la ansiedad asociados a la presión de cumplir con los horarios. La percepción de tiempo como un recurso limitado y valioso exacerbó la competitividad y la urgencia en las actividades diarias, afectando el bienestar emocional de las personas. El estrés, amigas.

    Y ahora voy con mi filípica marxista: la introducción de relojes públicos y la consiguiente sincronización del tiempo pueden interpretarse como una herramienta de control y dominación en manos de la clase capitalista. Estos dispositivos contribuyeron a construir las relaciones de producción capitalistas al imponer una estructura temporal rígida que beneficiaba principalmente a los propietarios de los medios de producción. La puntualidad y la gestión precisa del tiempo sirvieron para maximizar la productividad laboral, incrementando las ganancias de la clase capitalista mientras se intensificaba la explotación del proletariado. Además, la internalización de la puntualidad y la autodisciplina puede verse como una forma de hegemonía cultural, donde las normas y valores impuestos por la clase dominante fueron aceptados como naturales por el conjunto de la sociedad. Así, la transformación de la percepción y uso del tiempo consolidó la subordinación de los trabajadores, adaptándolos a las necesidades del capital y perpetuando las desigualdades inherentes al sistema capitalista.

    ¿Cuál es la similitud entre un reloj de la era industrial y un Apple Watch? Ambos te dicen la hora, pero solo uno te hace sentir culpable por no estar trabajando o por no estar caminando para tener un cuerpo normativo. Patapumpish.


  • Drama de primer mundo: este año voy a tener las vacaciones más cortas que recuerdo. No sé cómo voy a sobrevivir.

    *Llorando en persona acomodada que se cree el centro del universo*


  • ¿Por qué no hay una marcha del orgullo heterosexual? Hay que recordarlo todos los putos años. Si no entendéis esto, es que no no entendéis una puta mierda de nada.


  • El subconsciente me ha traicionado.


  • Los estilos de apego (y el amor)

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    Los estilos de apego son patrones de relación emocional que se desarrollan en la infancia y se basan en las interacciones con los cuidadores principales. Estos patrones influyen en cómo nos relacionamos con los demás a lo largo de la vida. Según la teoría del apego de John Bowlby, ampliada por Mary Ainsworth, existen varios estilos de apego que influyen en la manera en la que afrontamos relaciones de pareja o incluso en cómo gestionamos las relaciones de follamigos y si estamos dispuestos a mantener una relación así. Ojo, el hecho de ser marica o bollera, en principio, no tiene relación con el el estilo de apego que se desarrolla con el tiempo, así que tanto si eres hetero como si eres normal, puedes mostrar patrones de comportamiento de cualquiera de los estilos.

    ¿Cómo son y cómo son sus relaciones amorosas?

    El seguro

    El apego seguro se caracteriza por una visión positiva tanto de uno mismo como de los demás. Las personas con apego seguro se sienten cómodas con la intimidad y la autonomía. Este estilo se forma cuando los cuidadores son consistentemente sensibles y responsivos a las necesidades del niño, creando una sensación de seguridad y confianza.

    Los adultos con un patrón de apego seguro suelen disfrutar de relaciones estables y satisfactorias, se sienten cómodos con la intimidad y la cercanía, confían en la disponibilidad de sus parejas y amigos, tienen una autoestima positiva, se valoran a sí mismos y creen merecer amor y cuidado, se comunican de manera clara y asertiva, escuchan a los demás y tienen la capacidad para regular sus emociones de forma saludable. Son lo que todos querríamos ser.

    El ansioso

    El apego ansioso, también conocido como ambivalente, se caracteriza por una visión negativa de uno mismo y positiva de los demás. Las personas con apego ansioso buscan constantemente validación y amor y temen no recibirlos. Este estilo surge cuando los cuidadores son inconsistentes en sus respuestas, creando incertidumbre y ansiedad sobre su disponibilidad.

    Por otro lado, las personas con un apego ansioso-ambivalente pueden experimentar relaciones de pareja intensas pero inestables, buscando constantemente la aprobación y el afecto de su pareja, sintiendo ansiedad o inseguridad si no reciben la atención necesaria. Generalmente, sufren de baja autoestima y dudan de su propio valor. También tienen dificultades para comunicarse de manera efectiva, llegando a ser, con frecuencia, pasivo-agresivos o a expresar sus emociones de forma indirecta, luchando para regular sus emociones. Tienen propensión a experimentar ansiedad, ira o tristeza.

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    El evitativo

    El apego evitativo se caracteriza por una visión positiva de uno mismo pero negativa de los demás. Las personas con este estilo prefieren la independencia y evitan la cercanía emocional. Este estilo se desarrolla cuando los cuidadores son emocionalmente distantes, lo que lleva al niño a suprimir la necesidad de cercanía y afecto.

    Tienden a ser independientes y autosuficientes, priorizan su libertad y espacio personal, se sienten incómodos con la intimidad emocional, evitan el compromiso y tienen dificultades para formar relaciones serias o mantenerlas a largo plazo. En muchas ocasiones observamos que llegan a ocultar sus emociones lo que les hace parecer fríos o distantes y las pasan canutas para expresar sus sentimientos. En el fondo, temen al rechazo y huyen de las situaciones en las que podrían sentirse vulnerables o heridos.

    El desorganizado

    El apego desorganizado se manifiesta en comportamientos y actitudes contradictorias en las relaciones. Las personas con este estilo pueden mostrar una mezcla de evitación y ansiedad, y a menudo tienen dificultades para regular sus emociones. Este estilo se desarrolla en entornos donde los cuidadores son impredecibles que crean una experiencia de apego caótica y desorganizada.

    Estas personas pueden haber experimentado algún tipo de trauma o abuso durante la infancia, y tienen relaciones caóticas e inestables. Tienen dificultades para confiar en los demás y mantener relaciones sanas, sufren de baja autoestima y tienen una autoimagen negativa de sí mismos. A la hora de regular sus emociones lo tienen jodido y pueden mostrar signos de “extremos emocionales” como la ira o la tristeza intensas y hasta comportamientos impulsivos o autodestructivos.

    ¿Se puede cambiar el estilo de apego?

    Los estilos de apego no son estáticos y pueden cambiar con el tiempo y la experiencia. La terapia y las relaciones saludables pueden ayudar a desarrollar un estilo de apego más seguro.

    Es posible que una persona cambie su estilo de apego sin intervención profesional, aunque es un proceso jodido que requiere un esfuerzo consciente y sostenido. Las experiencias de vida positivas por sí solas no suelen ser suficientes para que se genere este cambio.

    Las experiencias positivas en las relaciones adultas pueden contribuir al cambio del estilo de apego, especialmente si estas experiencias son consistentes y duraderas. Algunos factores que pueden facilitar este cambio incluyen tener relaciones de pareja o amistades con personas que tengan un estilo de apego seguro. Observar y aprender de otros modelos de comportamiento también puede ayudar a internalizar patrones más sanos de interacción. Esto ocurre, normalmente, cuando estamos pasando por una relación tormentosa y, a raíz de hablar con una persona a la que queremos y admiramos por cómo lleva su relación, nos damos cuenta de que hay una alternativa mucho mejor a la nuestra. Otra cosa es que igual estamos equivocados porque pensamos que es mejor lo que tienen los demás que lo que tenemos nosotros.

    silhouette photo of two women holding each other hands

    Además, experimentar momentos de conexión profunda y apoyo emocional en las relaciones puede fortalecer la autoestima y la confianza en los demás. Ser capaz de expresar y comunicar necesidades y emociones de manera efectiva también es súper importante, ya que la comunicación abierta y honesta fomenta la comprensión mutua y la resolución de conflictos de manera saludable. Los vínculos afectivos también se fortalecen y son constructivos cuando sabemos que lo que vemos es lo que hay, cuando no desconfiamos y cuando hacemos un esfuerzo consciente por comunicar nuestros sentimientos y nuestras frustraciones de forma responsable, bien porque estamos explicando exactamente cómo y por qué nos sentimos así, bien porque estamos intentando minimizar el impacto negativo en la otra persona de lo que vamos a decir y de cómo lo vamos a decir.

    Desarrollar estrategias para manejar el estrés y las emociones difíciles, como practicar técnicas de autocuidado como la atención plena, la relajación o la actividad física, puede contribuir a la regulación emocional. Una persona que maneja sus emociones de forma adecuada es una persona que tendrá más papeletas para poder gestionar sus relaciones de pareja.

    Aunque yendo al psicólogo puedes cambiar algunos de esos patrones de pensamiento o de comportamiento que te hacen sentir mal con tu pareja, la ayuda profesional no lo es todo. De hecho, los patrones de apego arraigados en la infancia pueden ser difíciles de modificar por sí solos, y las experiencias negativas en las relaciones adultas pueden reforzar patrones de apego inadecuados. Las personas con estilos de apego ansioso-ambivalente o evitativo pueden tener dificultades para identificar y modificar sus propios patrones y eso ya es más jodido, porque si no sabes que algo va mal, ¿cómo vas a cambiarlo?

    El cambio de apego puede ser un proceso emocionalmente complejo y desafiante. En este sentido, un terapeuta puede proporcionar un espacio seguro para explorar los patrones de apego y sus efectos en las relaciones, ofrecerte herramientas y estrategias para comprender y modificar comportamientos, brindarte apoyo y guía durante el proceso de cambio, y ayudarte a identificar y abordar experiencias tempranas que hayan contribuido al estilo de apego.

    Los estilos de apego no son una explicación para lo que nos pasa con las relaciones amorosas. Mucha gente, en cuanto lee sobre esta teoría, tiende a pensar que identificando el estilo propio y el de su pareja son capaces de, por arte de magia, introducir cambios y tener mejores relaciones. No es así. De hecho, las personas que buscan y que se interesan en esta cuestión tienden a pasar por una primera fase en la que buscan desesperadamente identificar los estilos con el objetivo de encontrar pareja. No, conocer esta teoría no te va a ayudar a tener más novios o más novias ni a que tus relaciones vayan mejor. Ni de coña. Lo que sí puede abrirte es la puerta a conocerte mejor y a indagar un poco. Con un post en un blog de mierda como éste, no vas a encontrar la solución.

    Si de verdad tienes problemas con tus parejas o te sientes solo, busca la respuesta en otra parte. Aquí no está.

    Referencias
    
    Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of Attachment: A Psychological Study of the Strange Situation. Lawrence Erlbaum Associates.
    
    Bartholomew, K., & Horowitz, L. M. (1991). Attachment Styles Among Young Adults: A Test of a Four-Category Model. Journal of Personality and Social Psychology, 61(2), 226-244.
    
    Bowlby, J. (1982). Attachment and Loss: Vol. 1. Attachment. Basic Books.
    
    Brennan, K. A., Clark, C. L., & Shaver, P. R. (1998). Self-Report Measurement of Adult Attachment: An Integrative Overview. In J. A. Simpson & W. S. Rholes (Eds.), *Attachment Theory and Close Relationships* (pp. 46-76). Guilford Press.
    
    Cassidy, J., & Shaver, P. R. (Eds.). (2008). Handbook of Attachment: Theory, Research, and Clinical Applications. Guilford Press.
    
    Fraley, R. C., & Shaver, P. R. (2000). Adult Romantic Attachment: Theoretical Developments, Emerging Controversies, and Unanswered Questions. Review of General Psychology, 4(2), 132-154.
    
    Hazan, C., & Shaver, P. (1987). Romantic Love Conceptualized as an Attachment Process. Journal of Personality and Social Psychology, 52(3), 511-524.
    
    Johnson, S. M. (2002). Emotionally Focused Couple Therapy with Trauma Survivors: Strengthening Attachment Bonds. Guilford Press.
    
    Main, M., & Solomon, J. (1990). Procedures for Identifying Infants as Disorganized/Disoriented during the Ainsworth Strange Situation* In M. T. Greenberg, D. Cicchetti, & E. M. Cummings (Eds.), Attachment in the Preschool Years: Theory, Research, and Intervention (pp. 121-160). University of Chicago Press.
    
    Mikulincer, M., & Shaver, P. R. (2007). Attachment in Adulthood: Structure, Dynamics, and Change. Guilford Press.

  • I was pregnant, and getting ready for our son’s second birthday when the phone rang and everything changed in an instant. My husband had collapsed during a half marathon. How would I ever keep going? [...] My husband never woke up. I waited all night, as his family and mine arrived, their faces ashen. The following day he was pronounced dead.
    
    Puk Qvortrup.

    Enlace al artículo de The Guardian.


  • Los matrimonios concertados y la felicidad

    a man and a woman kissing in front of a fountain

    Este es un tema que siempre me ha flipado. ¿Por qué los matrimonios concertados duran tanto? Lo primero que me viene a la cabeza es que no tienen otra opción. Puede que si decidas que el mastuerzo que tienes a tu lado ya no te hace feliz, si es que eso ocurrió alguna vez, igual te apedrean hasta la muerte. Pero nosotros y nosotras, occidentales de pro, creemos que estos matrimonios son una barbaridad (y en muchas ocasiones lo son, pero no siempre) o que no es que “duren”, es que no hay alternativa. Pues mira, igual no.

    “When I was growing up in Bombay, I shared all the fantasies of other girls my age. My dreams played out like Bollywood movies, with romantic notions of love, but of course the reality of my situation was very different to what I saw on the screen. My parents, aunts and uncles all had arranged marriages and I knew that eventually, when I came of age, I’d have an arranged marriage, too. I didn’t mind at all; there’s a real sense of security that comes from having your loved ones put their time and energy into finding you the perfect match. I trusted them completely.
    
    My parents are quite broad-minded, so a love marriage wouldn’t have been out of the question. But since I hadn’t short-listed anyone for myself, I was happy for them to get the ball rolling. My parents let the broader community know that we were looking and a family friend got in touch to say they knew the perfect person for me.
    
    Parul Mehta.

    ¿Es posible ser feliz en un matrimonio concertado?

    La comprensión cultural del matrimonio juega un papel fundamental en la satisfacción marital dentro de los matrimonios concertados. En muchas culturas donde esta práctica es común, el matrimonio no se ve como una simple unión entre dos individuos basada en el amor romántico, sino como una alianza entre dos familias con objetivos comunes y valores compartidos. Esta visión cultural del matrimonio influye profundamente en cómo los cónyuges perciben y experimentan su relación.

    En estas sociedades, las expectativas de los matrimonios concertados a menudo se centran en la construcción de una vida estable y cooperativa. El amor romántico, aunque puede ser muy importante, no es el único ni el principal pilar del matrimonio. En su lugar, se enfatiza la importancia del respeto mutuo, la responsabilidad compartida y la colaboración en la creación de un hogar armonioso. Esta perspectiva puede reducir las tensiones que a veces surgen cuando el amor romántico inicial se desvanece, permitiendo que los cónyuges trabajen juntos para construir una relación sólida y duradera.

    Llévate bien con los suegros

    El apoyo de la familia política es otro aspecto crucial. En muchos matrimonios concertados, las familias no solo organizan el matrimonio, sino que también juegan un papel activo en su mantenimiento. Este apoyo constante puede proporcionar un entorno de seguridad y respaldo emocional esencial para la resolución de conflictos y para favorecer la estabilidad. La percepción de que el matrimonio es un esfuerzo colectivo, te lo creas o no, puede aliviar la presión sobre la pareja y fomentar un sentido de comunidad y pertenencia.

    Además, la selección de los cónyuges en los matrimonios concertados a menudo se basa en una evaluación cuidadosa de hasta qué punto son compatibles respecto a la educación, los valores y las expectativas de vida. Este examen de las variables implicadas puede llevar a una mayor armonía y comprensión entre los cónyuges, porque son las familias quienes aseguran que los individuos compartan objetivos y visiones similares. Lo que termina ocurriendo es que se favorecen las relaciones de cooperación, comprensión y respeto.

    two person walking on green grass field

    La orientación cultural hacia el deber y la responsabilidad en el matrimonio influye en la satisfacción marital. En muchas de estas culturas, existe una fuerte creencia en el compromiso y el esfuerzo consciente por hacer que el matrimonio funcione. Este enfoque en el deber y la responsabilidad puede fomentar un compromiso más profundo entre los cónyuges, lo que a su vez facilita el desarrollo de una intimidad emocional y una conexión apasionada con el tiempo.

    El compromiso inicial en un matrimonio concertado puede ser un último factor clave para el desarrollo de la intimidad y la pasión. La teoría del amor de Sternberg, que incluye componentes de intimidad, pasión y compromiso, sugiere que el compromiso puede ser un precursor de la intimidad y la pasión. En los matrimonios concertados, el compromiso inicial, basado en el acuerdo familiar y social, crea una base sólida sobre la cual los cónyuges pueden construir una relación emocionalmente íntima y apasionada con el tiempo. Este compromiso inicial puede ser visto como una promesa mutua de apoyo y cooperación, lo que a menudo lleva a un vínculo más fuerte y profundo a medida que los cónyuges se conocen mejor y desarrollan una conexión emocional y física más intensa.

    Parece que la percepción cultural del matrimonio como una unión basada en el respeto, la cooperación y el apoyo familiar, combinada con una selección cuidadosa y un fuerte sentido de deber, contribuye de manera significativa a la satisfacción marital en los matrimonios concertados. ¿Todos los matrimonios concertados son felices? Ni de coña. Pero sí pueden ser felices. Y no solo eso: pueden ser igual de felices que los matrimonios románticos. Lo que pasa es que los occidentales somos unos soberbios y pensamos que lo nuestro es mejor, siempre. Y esto es un poco racista. O mucho.

    Referencias
    
    Gupta, G. R. (1976). Love, Arranged Marriage, and the Indian Social Structure. Journal of Comparative Family Studies, 7(1), 75-85.
    
    Goode, W. J. (1963). World Revolution and Family Patterns. Free Press.
    
    Sternberg, R. J. (1986). A triangular theory of love. Psychological Review, 93(2), 119-135.
    
    Zaidi, A. U., & Shuraydi, M. (2002). Perceptions of arranged marriages by young Pakistani Muslim women living in a Western society. Journal of Comparative Family Studies, 33(4), 495-514.