Una de las características fonológicas del murciano que yo no conocía consiste en algunos hablantes pronuncian la oclusiva bilabial sonora /b/ como nasal /m/. Allá van algunos ejemplos:
Castellano
Murciano
boniato
moniato
boñiga
moñiga
veneno
meneno
aspaviento
aspamento
Al parecer, se debe a la influencia del valenciano sobre las hablas murcianas: de hecho, hay testimonios de que el valenciano llegó nada menos que a Granada durante el siglo XVI. ¡Hasta Granada!
Colomina i Castanyer, J. (2000). «El dialecto murciano como resultado del contacto lingüístico medieval castellano-catalán». En Estudios de sociolingüística, 1(1), pp.153-172
En este vídeo, @muffintoppu explica el por qué utilizan el kanji 草 (que significa «hierba») cuando quieren escribir «LOL» o «jajaja». Es ese tipo de cosas con poca utilidad práctica pero que da mucho gustito saber.
Al parecer, hace tiempo, se escribía el kanji para «reír» 笑, que se pronuncia «wara». Con el tiempo, se extendió escribir W en romaji (la primera letra de wara) para ir más rápido: WWWWWWWW se interpretaba como «jajajajaja» con el sentido de «me meo de la risa», como LOL. En algún momento, alguien pensó que WWWWWWW recordaba a la hierba. De ahí se dio el salto a escribir 草, el kanji que significa «hierba», para decir que te estás partiendo.
Si no te ha explotado el corazón es que no tienes sentimientos.
De todas las lenguas pre-europeas que se hablan en Norteamérica, únicamente el Navajo está “a salvo” de la desaparición a corto o medio plazo. Según Ethnologue, unas 170.000 personas la hablan como primera lengua, aunque la mayoría habla inglés con fluidez.
La muerte de las lenguas es un fenómeno habitual. Según Austin y Sallabank (2011), entre el 50% y el 90% de las lenguas que se hablan en la actualidad, más de 6.000, habrán desaparecido o estarán en una situación crítica dentro de 80 años.
Según la UNESCO, la vitalidad de las lenguas se puede clasificar en:
Lenguas “a salvo”.
Lenguas “vulnerables”, si las generaciones más jóvenes no hablan la lengua fuera del ámbito familiar.
Lenguas “en peligro”, si las generaciones más jóvenes no hablan la lengua.
Lenguas “en peligro severo”, si sólo la habla la gente mayor.
Lenguas “en peligro crítico”, si sólo hay algunos hablantes muy mayores.
Lenguas “muertas”, si no se puede localizar a ningún hablante.
¿Y qué? ¿A quién le importa que se muera una lengua? Si una lengua está muerta ya “no sirve para nada” y entonces, ¿para qué hay que mantenerla? ¿Es necesario que se estudie en las escuelas? ¿No es un lío tremendo esto de hablar tantas lenguas? Hay quien mantiene que algunas lenguas “no tienen utilidad” y que “es una tontería enseñarlas en el colegio” porque “para eso ya tenemos una lengua de todos” y que todo ese esfuerzo para aprenderla debería dedicarse a hacer algo “verdaderamente útil”, como aprender inglés. Suele ser la misma gente que dice que el catalán es una lengua “moribunda”, la lengua materna de cuatro millones de personas.
La UNESCO, por cierto, tiene un atlas lingüístico en el que pasarse las horas.
Referencias
Austin, P. K., & Sallabank, J. (Eds.). (2011). The Cambridge handbook of endangered languages. Cambridge University Press.
Este vídeo de Marcel Danesi explica cómo las palabras nuevas entran a formar parte del corpus diario de los hablantes. Da un dato que no termino de creerme: el número de palabras inglesas actualmente en uso son 170.000. Me parece una barbaridad. Está claro que para Danesi, 170.000 es el número de palabras estimado de todos los hablantes de la lengua; en otras palabras, no todos los hablantes disponen de tantas: unos tendrán un número de palabras P y otros tendrán un número Q. Tomando los números de palabras distintas hará 170.000.
Nagy y Anderson (1982) decían ya hace años que hay que coger con pinzas las cifras que salen publicadas sobre la extensión del vocabulario de los hablantes porque no hay criterios unificados para contarlas: ¿contamos absolutamente todas las palabras o sólo tenemos en cuenta los lexemas? ¿Son matar, mato, mataste, mataríamos palabras que debemos contar por separado o como una sola? En el primer caso, palabras con gran número de morfemas (p. ej., terminaciones), como el español o el húngaro, tendrían un número desproporcionadamente alto de palabras en comparación con otras que apenas tienen flexión, como el danés o el inglés. Por ejemplo, según el primer criterio, los chavales de tercero en EE. UU. saben unas 25.000 palabras en inglés o unas 2.000, si sólo contamos morfemas, e. d. me parece una diferencia enorme sabiendo que el inglés apenas tiene flexión, pero bueno.
Aunque de momento no parece que vayan a ponerse de acuerdo en el número de palabras del inglés, merece la pena verlo:
Referencias
Nagy, W. E., & Anderson, R. C. (1982). The number of words in printed school English. Center for the Study of Reading Technical Report; no. 253.
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