Para todas aquellas y todos aquellos que tenemos fantasmas en casa.

Ya vamos por la tercera cuarta semana de escuelas cerradas y esto de dar clases a distancia cansa más que darlas en directo. Nos esperan cuatro semanas más: ayer salió el gobierno diciendo que los estudiantes de primero a quinto de primaria vuelven al cole el miércoles 15 de abril. El resto, enseñanza a distancia hasta el 10 de mayo, como mínimo. No voy a entrar en si la decisión es correcta o no: solo diré que cuando salió la primera ministra anunciando la decisión noté una fuerte conmoción en La Fuerza.
Nos quedan, por lo menos, cuatro semanas más de clases a online. Cuatro semanas de aprender a ser influencer. Cuatro semanas de controlar a diario la iluminación y la escenografía, el sonido y los brillos. Cuatro putas semanas handiendo directos varias veces al día sobre temas apasionantes, como p. ej. cómo saber a qué hora cierran el restaurante o cómo preguntar al primero que pasa dónde está el zoo o qué decir cuando te preguntan qué tal y tu vida es una mierda. En estos momentos, odio profundamente el enfoque comunicativo.
(más…)Como no hay nadie que hable del coronavirus, voy a hablar yo. Hoy, domingo de ramos, con todo quisque encerrado por decreto, creo que lo más conveniente es hablar de coronavirus. Coronavirus. Coronavirus. VIRUS VIRUS VIRUS. Y como llevamos muy bien eso de no salir, trabajar desde casa, quedarnos de pronto sin trabajo, lidiar con los niños dando saltos, cuidar a enfermos, no poder relacionarnos con nadie y estar todo el día leyendo sobre el coronavirus (virus virus virus), vamos a hablar de estrés, que es el término científico para estar hasta el coño.
¿Cómo reacciona el cuerpo ante una situación de estrés cualquiera? El cuerpo necesita todos los recursos disponibles para ejecutar las conductas de huida o enfrentamiento (fight or flight). Para ello, el sistema nervioso da la orden a la corteza suprarrenal para que segregue corticosteroides como el cortisol. El cortisol es el Sauron de tus hormonas y tus glándulas suprarrenales son Barad-Dûr, para que nos entendamos. El cortisol ayuda a degradar las proteínas y a convertirlas en glucosa. ¿Para qué? Para que el organismo disponga de la energía suficiente para activarse ante la situación estresante. También aumenta el flujo sanguíneo y estimula el que todo el cuerpo se encuentre en un estado de mayor vigilancia, o sea, que pueda reaccionar con mayor rapidez ante cualquier estímulo amenazante. En otras palabras, los corticosteroides te ayudan a sobrevivir.
(más…)Este vídeo de Marcel Danesi explica cómo las palabras nuevas entran a formar parte del corpus diario de los hablantes. Da un dato que no termino de creerme: el número de palabras inglesas actualmente en uso son 170.000. Me parece una barbaridad. Está claro que para Danesi, 170.000 es el número de palabras estimado de todos los hablantes de la lengua; en otras palabras, no todos los hablantes disponen de tantas: unos tendrán un número de palabras P y otros tendrán un número Q. Tomando los números de palabras distintas hará 170.000.
Nagy y Anderson (1982) decían ya hace años que hay que coger con pinzas las cifras que salen publicadas sobre la extensión del vocabulario de los hablantes porque no hay criterios unificados para contarlas: ¿contamos absolutamente todas las palabras o sólo tenemos en cuenta los lexemas? ¿Son matar, mato, mataste, mataríamos palabras que debemos contar por separado o como una sola? En el primer caso, palabras con gran número de morfemas (p. ej., terminaciones), como el español o el húngaro, tendrían un número desproporcionadamente alto de palabras en comparación con otras que apenas tienen flexión, como el danés o el inglés. Por ejemplo, según el primer criterio, los chavales de tercero en EE. UU. saben unas 25.000 palabras en inglés o unas 2.000, si sólo contamos morfemas, e. d. me parece una diferencia enorme sabiendo que el inglés apenas tiene flexión, pero bueno.
Aunque de momento no parece que vayan a ponerse de acuerdo en el número de palabras del inglés, merece la pena verlo:
Nagy, W. E., & Anderson, R. C. (1982). The number of words in printed school English. Center for the Study of Reading Technical Report; no. 253.
Les he hecho a los chavales un taller de cine: no sobre cómo hacer cine, sino sobre cómo ver cine. No quiero que se vuelvan unos yonkis de Ingmar Bergman; solo que vean algo más que Fast and Furious, Episode 31.
Nota: los chavales es un grupo de 3º de la ESO.
He estado usando el material de teachwithmovies.org y The Writer’s Journey, de Christopher Vogel. Hace tiempo me leí El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell, y siglos ha que estudié la Morfología del cuento, de Vladimir Propp. Estuve tentado de darles una charla sobre arquetipos y toda la pesca pero dicidí que no, porque todo va de psicoanálisis y hay mucho pene y mucha retención anal que me he saltado porque los padres ya tal.
Hemos aprendido:
Les he puesto las siguientes pelis:
Se lo pasan muy bien con estos talleres, se olvidan del estrés de las otras asignaturas y aprenden a consumir cultura sin convertirse en gafapastas, si es que todavía existe el término
El otro día celebramos un Halloween con retraso porque en noviembre no pudimos reunirnos por problemas de organización. Una excusa como otra cualquiera para reunirnos, ver una película juntos y comer muchas cosas que engordan. Vimos The Maze Runner, la primera. Y ellos me dijeron: jo, qué tontería de película. Mira, me quedé picueto.
Este post es un paréntesis a la serie sobre la ortografía.
La Unión de Ciclistas de Dinamarca organiza todos los meses de mayo un programa llamado Vi Cykler til Arbejde (algo así como vamos en bici al curro), un nombre a tope de creativo, porque si hubieran querido apoyar el ir en carro, lo habrían llamado vamos en carro al curro, o igual vamos en Krro al Qrro. No sé por qué no me dejan crear eslóganes. Se me da genial.
¿Cómo funciona? En la empresa montáis un equipo, os dais de alta, registráis en la web los km que hacéis al día yendo al trabajo en bici y entráis en el sorteo de viajes para los trabajadores, bicicletas eléctricas, etc. El programa dura todo el mes de mayo. Participar cuesta 60 coronas al mes (unos ocho euros) y lo paga tu jefa. Repito, lo paga TU JEFA. El año pasado participaron 58.695 trabajadores que recorrieron 10 millones de kilómetros.
(más…)El otro día dije que el irlandés me enamoraba el alma con su ortografía. Pero con irlandés no me refiero a un señor que bebe mucha cerveza y escribe como un HOYGAN. El irlandés moderno o gaeilge es la lengua celta que se habla en Irlanda además del inglés y es un idioma que apenas ha cambiado en los últimos 450 años, más o menos. Según la versión inglesa de la Wikipedia, entre 40.000 y 80.000 personas hablan el irlandés con fluidez, más o menos un 2% de la población de Irlanda (de la isla, no de la República) y desde 2005, es una de las lenguas oficiales de la Unión Europea (Wikimedia Foundation, n.d.).
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